Las consecuencias psicológicas de ver pornografía cuando se es niño

Chistes con contenido sexual a través del WhatsApp, fotografías muy explícitas a través de Instagram, dibujos animados japoneses para adultos en Netflix …Las fórmulas por las que los menores acceden a la pornografía son muchas y diversas.

Como dijo el escritor Óscar Wilde “se puede resistir todo en la vida excepto la tentación”. Quizás por eso, y porque la adolescencia es la época de la curiosidad, muchos preadolescentes empiezan a consumir pornografía sin saber cómo eso puede afectarles psicológicamente.

En España, el 46% de los varones entre 14 y 17 años han visto pornografía, y el 37% la consume semanalmente, según se desvela en el informe “(Des)información sexual: pornografía y adolescencia'” de Save the Children en el que participaron 1.753 adolescentes de entre 13 y 17 años.

Consecuencias emocionales y psicológicas
La cantante Billie Eilish, confesó en una emisora de radio americana haber consumido contenidos de adultos a los once años y cómo eso le hizo tener pesadillas y tener “una distorsión de la realidad de las relaciones sexuales que la empujó a hacer cosas en la cama que no le apetecían”.

 

Como la cantante americana, muchos preadolescentes españoles ven pornografía por primera vez a los 12 años, y casi 7 de cada 10 la consumen de forma frecuente. Este consumo se produce en la intimidad con el teléfono móvil y se centra en contenidos gratuitos online.

Como explica Alejandro Villena, sexólogo clínico y miembro de la plataforma Daleunavuelta.org, “el consumo de pornografía entre los menores va en aumento porque es gratuito, fácil y anónimo. La falta de normas sobre el uso de la tecnología en las familias tiene el riesgo de que los adolescentes se topen, a una edad muy temprana, con contenidos explícitos no deseados”.

 

Un gran problema, añade Villena, sobre todo porque “el consumo repetido de pornografía puede alterar centros cerebrales relacionados con el placer, la motivación, la empatía, la toma decisiones y el aprendizaje” y puede afectar de muchas maneras a los adolescentes.

 

Efectos que produce la pornografía entre los menores según los expertos:

–Genera adicción: puede llevar a perder el control sobre la conducta, y los adolescentes pueden tener problemas en el ámbito personal, relacional, familiar y académico.

–Fomenta una visión agresiva: cuanto mayor es el consumo de pornografía mayor probabilidad de agresión o coerción sexual existe. 

–Representación ficticia y reduccionista de la sexualidad: la pornografía hace que el adolescente no incorpore un modelo de sexualidad saludable y le produce unas expectativas irreales en el adolescente que puede llevarle a sufrir frustración.

–Respecto a hombres y mujeres: 

·         En el hombre se ha visto que puede generar modelos más agresivos, fomentar las jerarquías de género y facilitar conductas sexuales de riesgo.

·         En la mujer se observa que cuanto mayor es el consumo de pornografía, mayor puede ser la tolerancia al acoso o la probabilidad de ser agredida sexualmente.

Como aseguran los expertos, se debe educar a los niños en la sexualidad desde la familia como principal núcleo de desarrollo y especialmente en edades más tempranas, pero siempre, adaptando el contenido. En líneas generales, se les debe explicar que “el porno es una representación ficticia de la realidad en la que se omiten el consentimiento, la confianza y el respeto hacia los demás”, como explican desde Save the Children.

 

 

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