Por Andrea Rivero
10 de junio de 2022Investigadores de HM Cinac Madrid han dado un paso más en el conocimiento del patrón de la evolución de la enfermedad de Parkinson. Según el estudio que han realizado, el epicentro de esta enfermedad podría encontrarse en la región motora de la mano. Esto podría facilitar la localización del inicio del proceso degenerativo y favorecer los tratamientos y su administración de manera precoz.
Gracias a esta investigación se ha logrado cuantificar con gran precisión el grado de denervación dopaminérgica que es fundamental en el control de la movilidad. Las neuronas utilizan la dopamina para controlar el movimiento muscular. Y se conoce como denervación a la falta de transmisión de impulsos nerviosos. Los investigadores han podido medir dicha denervación dopaminérgica gracias a un sistema híbrido de imagen multimodal PET/RM ubicado en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur y a la participación de 42 sujetos (23 con la enfermedad de Parkinson y 19 sanos) durante dos años.
De acuerdo con el doctor José Pineda, ingeniero biomédico y principal autor del estudio, “hemos podido delimitar las regiones del cerebro asociadas a los miembros superiores e inferiores. Esto nos ha permitido identificar que el inicio de la denervación dopaminérgica tiene alguna dependencia con la segregación espacial de las estructuras cerebrales. Para lograrlo también nos hemos apoyado en cohortes públicas que contenían datos de 1.200 personas sanas”.
Las conclusiones del estudio
De este estudio se han
obtenido varios resultados relevantes. El primero de ellos es que la pérdida
de dopamina que se produce en los hemisferios del cerebro cuando surge la enfermedad tiene un epicentro y sigue una progresión radial. Además, el
punto de inicio se concentra en el área que representa a la mano y avanza a las
zonas contiguas como la región del pie y la de la cara.
Por otro lado, también se ha concluido que la región motora de la mano tiene una mayor actividad dopaminérgica que la del pie. Esto se traduce en que las actividades motoras que el ser humano ha desarrollado en los miembros superiores requieren un nivel de conectividad y actividad mayor que la de los miembros inferiores. De esta manera, se ha identificado que la región más vulnerable se encuentra en la región motora correspondiente a la mano.
El doctor Pineda explica que, “haciendo una analogía entre este estudio y la identificación de la localización de un tsunami, si se detectara el punto exacto del mar en el que pudiera originarse, podría preverse, tomar las precauciones adecuadas y minimizar el impacto y su coste. De la misma manera, si podemos localizar el inicio del proceso degenerativo y determinar con gran precisión cuáles son las regiones más vulnerables, podremos situar nuestra diana terapéutica”.