Por Andrea Rivero
16 de diciembre de 2022La grasa siempre se ha visto como una enemiga que hay que quemar. Pero, al contrario del pensamiento común, no toda la grasa es mala. La denominada grasa marrón “tiene un efecto protector contra la obesidad, es una grasa quema grasa”, explica Francesc Villarroya, catedrático de bioquímica y biología molecular de la Universidad de Barcelona, en el marco de la conferencia por el Día de la Obesidad organizada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
El tejido adiposo marrón es “un lugar del organismo donde se queman las calorías procedentes de la alimentación”, explica el doctor Villarroya. Aunque inicialmente se pensaba que este tejido solo servía para producir calor y mantener la temperatura corporal en condiciones de frío, ahora se sabe que también es un sistema de protección para eliminar el exceso de alimentos que ingerimos con la dieta y evita que se depositen en forma de grasa blanca (obesidad). Para el catedrático “esta grasa activa también protege a las personas contra las enfermedades asociadas de la enfermedad. Se cree que libera moléculas que no se conocen muy bien de momento, pero se piensa que tienen efectos metabólicos positivos”.
Con los conocimientos actuales no cabe duda de que activar esta grasa daría lugar a una prevención en el aumento de peso, incluso permitiría a una persona con obesidad disminuir el peso. El obstáculo actual es que, “conocemos pocas cosas sobre cómo activar la grasa parda, pero sí sabemos que el ejercicio y el ambiente térmico (con el frío) son dos maneras de activación”, añade el doctor Villarroya. Actualmente, se está tratando de encontrar cómo incrementar la activad del tejido adiposo marrón. Hasta el momento, todos los intentos de hacerlo con fármacos han presentado el problema de que, si bien es factible activar la grasa parda, se generan bastantes efectos secundarios a nivel cardiaco (no se han encontrado activadores de la grasa parda específicos que eviten estimular ‘artificialmente’ también el corazón). “Superar esta limitación actual es una activa línea de investigación en ese ámbito”, apunta el catedrático de la Universidad de Barcelona.
Según un dictamen internacional emitido por la revista científica The Lancet, existe un obstáculo importante que está favoreciendo esta pandemia de obesidad: el calentamiento global. “El aumento de temperatura ambiental (el calentamiento global) puede bloquear la actividad de la grasa parda, favoreciendo la acumulación de grasas. Además, los efectos socioeconómicos del cambio climático en la mayor parte de las sociedades del mundo empujan a amplios sectores de la población al consumo de alimentos de relativo bajo coste que, a menudo, son de baja calidad nutricional, pero con potencial calórico relativamente alto (comida basura)”, explica el doctor Villarroya.