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Cómo afecta la llegada del frío a nuestro cuerpo

Durante la transición del otoño al invierno, época en la que las temperaturas empiezan a bajar, el organismo puede sufrir una serie de alteraciones que afectan, en mayor o menor medida, a diferentes partes del cuerpo

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Cómo afecta la llegada del frío a nuestro cuerpo

Por Celia Albizu

4 de noviembre de 2022

La meteorología es compañera y condicionante de la salud y bienestar de las personas, y durante los cambios de estación esto se hace más tangible. Aunque no todos tenemos la misma reacción a los cambios de temperatura, presión o humedad, hay estudios que apuntan a que una tercera parte de la población tiene algún síntoma cuando se producen estas variaciones. Es lo que se conoce como meteorosensibilidad.    

Durante la transición del otoño al invierno, época en la que las temperaturas empiezan a bajar, el organismo puede sufrir una serie de alteraciones que afectan, en mayor o menor, medida a diferentes partes del cuerpo. Por un lado, este descenso de temperaturas hace que el sistema inmunológico se resienta y sea más proclive a contraer enfermedades como resfriados o la gripe. Por otro, la disminución de la presión atmosférica que se da en las estaciones más frías puede influir en los dolores óseos, de cabeza y, a veces, en el “dolor” de las cicatrices. Como explica el doctor Pedro Gargantilla, director Médico de Medicina Responsable, “el cambio de presión estimula los nervios que tienen las cicatrices y esto hace creer al cerebro que duelen o pican”. 

Aunque la llegada del invierno nos puede afectar a todos, hay ciertas personas que parecen tener un sexto sentido para predecir los cambios meteorológicos. Aparte de aquellos que tienen una meteorosensibilidad mayor por causas que probablemente sean genéticas, como indica el doctor Pedro Gargantilla, los cambios de tiempo suelen afectar más a pacientes que sufren determinadas patologías reumatológicas, traumatológicas o neurológicas, entre otras. 

 

Reumatología y traumatología

Un ejemplo lo encontramos en los pacientes que sufren enfermedades como la artrosis, enfermedad que se caracteriza por la destrucción del cartílago que recubre las superficies óseas de la articulación, y que, ante los cambios de temperatura, ven empeorar sus síntomas. Así lo refleja el estudio “Las condiciones meteorológicas influyen en las enfermedades reumáticas” del Instituto Poal de Reumatología de Barcelona y Bioibérica Farma. Si hablamos de artritis reumatoide, patología que provoca la inflamación de las articulaciones, el estudio “Influencia de las condiciones climáticas en el empeoramiento de los síntomas de artritis reumatoide: El posible efecto de la temperatura”, de la revista Elsevier, explica que este empeoramiento de la dolencia se debe a la contracción de los músculos alrededor de las articulaciones por el frío. 

 

El frío nos trae de cabeza 

En esta época del año, aquellos que padecen migrañas también pueden ver cómo empeora la intensidad de las cefaleas. Aunque en este caso no se hayan dado datos concluyentes, según diversos estudios, la aparición de vientos intensos provoca la abundancia de iones positivos en la membrana celular, lo que podría iniciar o empeorar los síntomas de las migrañas. Además, la presión atmosférica, la alta humedad, la luz solar y los cambios de temperatura aumentan la probabilidad de iniciar una cefalea, aumentar el número de crisis y empeorar los síntomas. 

 

Psicología y psiquiatría

Las condiciones ambientales muchas veces son las culpables de que empeoren los síntomas de las patologías psicológicas y psiquiátricas. Por un lado, el acortamiento de los días y el frío tienden a aumentar y agravar los casos de ansiedad y depresión. El doctor Gragantilla ejemplifica esto con la situación de los países escandinavos, donde los altos índices de estas dos enfermedades están directamente relacionados con el frío y las escasas horas de luz que hay al día. Por otro lado, como ocurre en zonas del sur de España como Málaga y Almería, se presencia un mayor número de suicidios cuando los vientos se intensifican, probablemente por ser un estímulo que desagrada e irrita.

Así, la “meteorosensibilidad” nos afecta a todos y aumenta con las enfermedades mencionadas y no existe por ahora ningún milagroso remedio o psicoterapia que palie sus efectos. El doctor Pedro Gargantilla ante esto recomienda tratar de adaptarnos a los cambios estacionales lo antes posible, tener unos hábitos saludables e intentar cuidar nuestra salud mental. 



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