Por Andrea Rivero
11 de noviembre de 2022El equipo de la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia, País Vasco, ha llevado a cabo un estudio durante 15 años con el fin de analizar si los pacientes físicamente inactivos reducen su riesgo de mortalidad aumentando la actividad física. Los resultados mostraron que las personas que comenzaron a realizar una actividad moderada durante un mínimo de 150 horas a la semana redujeron sus tasas de mortalidad en un 45%.
La inactividad física o sedentarismo se relaciona con millones de muertes cada año debido a que aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles como la diabetes, la obesidad, las cardiopatías e, incluso, algunos cánceres. De acuerdo con el Instituto Europeo de Salud y Bienestar, alrededor de 3,2 millones de personas mueren cada año a causa de la inactividad física. Por ello, el equipo que ha hecho esta investigación quiso averiguar si esto se puede revertir e indagar en si la actividad física después de largos periodos de inactividad proporciona beneficios perceptibles para la salud.
Tras analizar y registrar los datos de más de 3.000 personas entre los años 2003 y 2018, los investigadores extrajeron diversas conclusiones.
Las tasas de mortalidad de aquellos que alcanzaron las recomendaciones mínimas de 150 a 300 minutos a la semana de actividad moderada o de 75 a 150 minutos de actividad intensa se redujeron en un 45%. Por otro lado, los que no siguieron estas recomendaciones, pero comenzaron a realizar actividad física en dosis bajas, es decir, 50 minutos a la semana de manera moderada, mostraron una reducción del 31% en la mortalidad. Además, las personas que fueron más allá de las recomendaciones también redujeron su tasa de mortalidad en un 49%.
Los investigadores también concluyeron que una de cada cinco muertes producidas en el grupo observado durante el estudio no se habría producido si todos los pacientes inactivos hubieran cumplido las recomendaciones.