Por Gema Puerto
15 de noviembre de 2022En la mitología sumeria de hace millones de años se explica como el dios Enki esparció su semen dentro de la diosa de las plantas Ninsar; y en la cultura hinduista se cuenta como el dios Brahma esparció su semen en el mar engendrando de esta forma a sus descendientes.
Son muchos los mitos que hablan del poder del esperma y de sus cualidades. Contiene calcio, zinc, fósforo y magnesio además de tener propiedades antidepresivas al estimular nuestro estado de ánimo a través de la serotonina, la oxitocina o la prolactina. Sin embargo, a pesar de todos sus beneficios y, aunque actrices como Mae West dijeran que “un orgasmo mantiene lejos al médico”, existe una enfermedad muy rara relacionada con el esperma y la eyaculación masculina. Se trata del síndrome de enfermedad posorgásmica o POIS y, aunque tiene menos de sesenta casos reportados en la literatura científica, recientemente la revista Urology Case Reports ha descrito el caso de un hombre de 27 años que padecía esta enfermedad rara.
Según Miryam Ribes, sexóloga y ginecóloga en el Hospital Mateu Orfila de Menorca, “las personas que padecen esta enfermedad son hombres que, tras la eyaculación, ya sea en segundos o en horas, padecen síntomas parecidos a una alergia; es decir, pueden mostrar rinitis o problemas de concentración e irritabilidad como en una gripe”.
Según la doctora, aunque “no se sabe con exactitud por qué las personas sufren POIS, las hipótesis aseguran que puede tratarse de un desequilibrio hormonal o de un problema autoinmune, por eso el tratamiento que se utiliza son similares a los utilizados en las alergias, como inmunomodulares o antistamínicos”.
El joven del estudio publicado en la revista Urology Reports describe a un hombre sano de 27 años que comenzó a experimentar sus síntomas a los 18 años y al que le salían ronchas en los antebrazos tras los orgasmos.
Después de que le vieran varios médicos a lo largo de los años, incluido un otorrinolaringólogo, un especialista en enfermedades infecciosas y varios alergólogos, se abstuvo activamente durante mucho tiempo de cualquier tipo de actividad sexual. Según el estudio, el hombre recordó que su primer episodio ocurrió después de haberse recuperado de un caso de epididimitis aguda, o inflamación alrededor de un área específica del escroto, habitualmente causada por una infección del tracto urinario o una infección bacteriana de transmisión sexual.
Es posible, especulan los médicos, que esta infección desencadenara una reacción que provocó que su sistema inmunológico se sensibilizara a su semen a partir de ese momento.
Para tratar a este hombre los médicos probaron un antihistamínico, y aunque su tratamiento no pareció funcionar inicialmente, le administraron fexofenadina, (el medicamento se vende bajo la marca Allegra) y le aconsejaron que aumentara gradualmente la frecuencia de sus orgasmos. Sorpresivamente, la fexofenadina funcionó y el joven reanudó su actividad sexual tras disminuir el 90 % de los síntomas.