Por Sergio Díaz
24 de octubre de 2024Una investigación realizada por la Universidad de Lancaster, en Reino Unido, ha revelado que limitar la apertura de nuevos restaurantes de comida rápida puede ayudar a reducir los niveles de obesidad infantil, especialmente en barrios más pobres. La investigación, publicada en la revista Obesity, ha analizado el impacto de una política implementada en el distrito de Gateshead, en el noreste de Inglaterra, que prohíbe la conversión de propiedades comerciales en locales de comida rápida.
El estudio se ha basado en datos del Gobierno británico, incluyendo el peso de los niños a través del Programa Nacional de Medición Infantil, calificaciones de higiene de la Agencia de Normas Alimentarias y estadísticas de privación y población de la Oficina de Estadísticas Nacionales. Al comparar barrios de Gateshead con otras áreas del noreste de Inglaterra, se ha observado que, aunque en general no hubo grandes cambios en los niveles de obesidad infantil, en las zonas más desfavorecidas, donde había una alta concentración de locales de comida rápida, sí se registró una reducción significativa en los casos de sobrepeso y obesidad.
La profesora Heather Brown, de la Facultad de Salud y Medicina de la Universidad de Lancaster y una de las autoras del estudio, ha destacado que "si las políticas de planificación son estrictas, como las aplicadas en Gateshead, podrían contribuir notablemente a la reducción de la obesidad infantil, especialmente en comunidades vulnerables, lo que también ayudaría a disminuir las desigualdades en salud".
Los investigadores explicaron que reducir el acceso a restaurantes de comida rápida limita la posibilidad de consumir alimentos poco saludables, lo que puede ayudar a disminuir los índices de obesidad infantil. Además, las zonas más pobres suelen tener una mayor concentración de estos locales, lo que está vinculado a tasas más altas de obesidad infantil. Las políticas que restringen su apertura equilibran el acceso a alimentos más saludables y contribuyen a reducir las desigualdades en salud.
Por su parte, Alice Wiseman, directora de Salud Pública de los ayuntamientos de Gateshead y Newcastle, ha señalado que "crear entornos que faciliten el acceso a alimentos saludables es uno de los mayores desafíos de salud pública en nuestra generación", y también ha valorado positivamente el impacto de políticas de planificación estrictas en la mejora de la salud comunitaria.