Por Juan García
10 de enero de 2024La evolución humana, sujeta a los mecanismos de la selección natural, se basa en la prevalencia de los individuos con las características genéticas más favorables para el medio, ya que son más propensos a reproducirse y transmitir así estos genes. Este principio se sintetiza en la supervivencia del más apto, lo cual no implica que estos individuos con características genéticas predominantes sean los que viven más tiempo. Así lo demuestra un estudio de la Universidad de Michigan, el cual concluye que existe una correlación negativa entre la capacidad reproductiva y la esperanza de vida, de forma que los individuos con características genéticas que les hacen más reproductivos tienden a envejecer antes.
“A la selección natural le importa poco cuánto tiempo vivimos después de completar la reproducción, porque nuestra aptitud se establece en gran medida al final de la reproducción", afirma Jianzhi Zang, autor de la investigación. El estudio se basa en una antigua teoría formulada a mediados del siglo pasado por el biólogo George C. Williams, quien postulaba que las mutaciones genéticas que confieren una reproducción más temprana o mayor descendencia serían las responsables del envejecimiento, características que, de manera conjunta, serían prevalentes en la selección natural. Esta teoría se conoce como pleitropía antagónica y, si bien hasta el momento solo se encontraba respaldada por estudios de caso, este nuevo estudio avala “genómicamente esta hipótesis utilizando los genotipos, los fenotipos reproductivos y el registro de defunciones de 276.406 participantes del Biobanco del Reino Unido”, señalan sus autores.
El pleiotropismo aparece cuando un solo gen afecta a más de un fenotipo, es decir, a más de una característica fenotípica (por ejemplo, el color de los ojos, el color del pelo o la altura). Teniendo esto en cuenta, la hipótesis de la pleiotropía antagónica postula que las mutaciones pleiotrópicas, primadas por la selección natural, que confieren una reproducción más temprana o mayor, pero que perjudican la vida posreproductiva al mismo tiempo, serían las causantes del envejecimiento. "La hipótesis de la pleiotropía antagónica predice que la mayoría de las mutaciones que aumentan la reproducción, pero reducen la esperanza de vida tienen mayores ventajas que desventajas, por lo que se ven favorecidas selectivamente", explica Zhang. Los resultados del estudio avalan esta hipótesis formulada en 1947 por Williams, de manera que se encuentra unos índices menores de supervivencia hasta los 76 años en individuos con puntuaciones poligenéticas más altas para la reproducción.
Los investigadores examinaron la frecuencia de 583 variantes genéticas asociadas a la reproducción y encontraron que varias de las variantes asociadas a una mayor reproducción se han hecho más comunes en las últimas décadas, a pesar de su asociación simultánea con una menor esperanza de vida. Esto les lleva a la conclusión de que este aumento se debe presumiblemente a la selección natural en favor de una mayor reproducción. En este sentido, la aptitud es un concepto que los biólogos utilizan para describir el grado en que las características de un organismo aumentan su número de descendientes.
Lo cierto es que en las últimas décadas se ha producido en el mundo un aumento de la esperanza de vida y una reducción de la natalidad. Este hecho, se explica más por causas ambientales sustanciales, como los cambios en el estilo de vida, los métodos anticonceptivos o las nuevas tecnologías. “El contraste entre estas tendencias y los cambios causados por la selección natural de las variantes genéticas identificadas en este estudio, indica que los factores genéticos desempeñan un papel menor en los cambios fenotípicos humanos que estos factores ambientales”, aclara Zhang.