Por Virginia Delgado
28 de enero de 2025Un equipo de investigadores chinos, liderados por Zhi-kun Li, Wei Li y Qi Zhou de la Academia China de Ciencias, ha logrado que un ratón nazca a partir de dos progenitores masculinos y llegue a la edad adulta.
La revista “Cell Stem Cell” ha publicado este logro y ha explicado el protocolo que han seguido los científicos. El proceso comenzó inyectando un espermatozoide en un óvulo sin material genético, que derivó en el desarrollo de un embrión que solamente tenía la mitad de la información hereditaria. Con ello, obtuvieron células androgenéticas (derivadas de esperma) y haploides (aquellas que únicamente cuentan con el genoma paterno). Después, procedieron a cultivarlas el tiempo suficiente y, utilizando las herramientas CRISPR de edición genética, eliminaron la impronta genómica, que es un proceso por el cual se expresa sólo una copia de un gen de una persona, mientras que la otra es suprimida. A continuación, inoculando una de estas células editadas en otro óvulo enucleado (sin núcleo) junto con otro esperma normal.
El paso siguiente fue llevar de nuevo ese embrión al estadio de blastocisto y obtener células pluripotentes biparentales, que se inyectaron en otro blastocisto tetraploide para garantizar el desarrollo de la placenta. La última fase fue la gestación del embrión por una ratona.
“No todo son éxitos en este procedimiento”, ha comentado a SMC Lluís Montoliu, investigador en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER-ISCIII). Y es que, como han explicado los autores del estudio, los ratones que se generan con este protocolo no son fértiles y sólo se pueden reproducir por clonación. Además, más de la mitad no llegan a la edad adulta. “La explicación de estos problemas seguramente derive del procedimiento de edición con CRISPR usado para eliminar la impronta genómica, muy arriesgado, que no se realiza de forma óptima y genera alteraciones imprevistas”, ha añadido Montoliu.
El investigador español ha hablado de la trascendencia “e impacto” de esta técnica en la reproducción de embriones humanos. “De ser posible (que ahora todavía no lo es) promoverían una verdadera revolución en las clínicas de reproducción asistida”. Así, ha explicado que las parejas de hombres homosexuales podrían ser, los dos, padres biológicos de sus hijos, al igual que dos mujeres e incluso una persona de forma individual.
Respecto a la pareja de hombres, ha descrito cómo sería el procedimiento. “Uno de ellos aportaría el esperma y el otro, las células troncales pluripotentes que acabarían produciendo óvulos que podrían ser fecundados in vitro y gestados por una mujer mediante gestación subrogada o vientres de alquiler, algo que es ilegal en nuestro país pero que está permitido en otros”. En lo que se refiere a dos mujeres, ha explicado que una aportaría óvulos y la segunda, células troncales pluripotentes que producirían el esperma. “Cualquiera de las dos podría gestar el embrión obtenido y los hijos que nacieran serían biológicos de ambas”, ha manifestado a SMC.
En cuanto a la reproducción de forma individual, el investigador Lluís Montoliu ha reconocido que hablar de ello es “dejar volar la imaginación”, aunque no ha vacilado a la hora de pensar cómo sería. “Tanto hombres como mujeres podrían tener hijos solos, como familias monoparentales. Un hombre podría aportar esperma, de forma natural, y a partir de células de su piel acabar derivando óvulos que se fecundarían con su propio esperma. El embrión resultante sería gestado por una mujer y el hijo nacido tendría como padre y madre ese mismo hombre. De forma similar, una mujer podría aportar óvulos y, a partir de células de su piel, acabar desarrollando en el laboratorio esperma, que se usaría para fecundar sus propios óvulos. El embrión resultante lo podría gestar ella misma y el hijo que naciera tendría por padre y madre esa misma mujer”, ha señalado.
Con todo ello, el investigador ha dicho que estos protocolos “son ciencia ficción porque todavía no son técnicamente posibles y sería imprudente intentar implementarlas”. No obstante, ha señalado que si se optimizan en algún momento y se llegan a plantear ofertarlos en las clínicas de reproducción asistida “sería importante reflexionar sobre ello, para preguntarnos cuáles de estas técnicas estaríamos dispuestos, como sociedad, a aceptar éticamente, a aprobar legalmente”, ha concluido.