Por Europa Press
26 de noviembre de 2024El académico de número de Genética y secretario general de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), José Miguel García Sagredo, ha recordado que existen varios estudios que demuestran que "aquellas mujeres que tienen embarazos espontáneos tardíos tienen una esperanza de vida mayor".
"Hay varias teorías de compensación biológica y de velocidad de envejecimiento que demuestran que la capacidad de tener hijos más tarde es un indicador de senescencia tardía o prolongada. Es una constatación de un estado biológico", ha explicado García Sagredo en el marco de la Semana Marañón, organizada por la Fundación Ortega-Marañón con la colaboración de la RANME y otras entidades.
Según el experto, esta mayor esperanza de vida se traduce en menores probabilidades de morir tempranamente por una enfermedad y "no se trata de cuándo se decide la edad para tener hijos, sino de la capacidad de tener hijos tardíamente, algo que no todas las mujeres poseen y que forma parte de su constitución biológica".
El indicador biológico de senescencia tardía es "tener la capacidad de concebir un hijo a los 35 años, porque su biología es beneficiosa desde el punto de vista del envejecimiento", aclara el especialista. No obstante, aunque ciertos factores genéticos influyen en esta mayor esperanza de vida, destaca que es "esencial llevar un estilo de vida saludable, con hábitos correctos de alimentación y ejercicio físico, y con poco estrés metabólico".
Asimismo, asegura que la supervivencia tras la menopausia, un privilegio exclusivo de los humanos y las ballenas, es cada vez mayor. "El aumento de la supervivencia tras la menopausia forma parte de la evolución, ya que se van seleccionando los genes de senescencia tardía. La selección es una adaptación al medio: sobreviven aquellos que poseen genes mejor adaptados al entorno en el que viven, pero este proceso tarda varias generaciones en consolidarse", ha detallado.
"Los hermanos varones cuyas hermanas dieron a luz a una edad tardía tienden a tener una esperanza de vida significativamente más larga. Esto sugiere que el vínculo entre la fertilidad prolongada y la longevidad tiene un componente genético. Los hermanos comparten el 50 % de sus genes, por lo que los genes positivos para una mayor esperanza de vida también son compartidos", ha concluido.
La Fundación Ortega-Marañón celebra un año más la Semana Marañón, con la colaboración de la RANME y otras entidades, con el objetivo de crear un espacio de encuentro y diálogo sobre salud, medicina, cultura y humanidades.
"El doctor Marañón fue un ejemplo de médico, científico y humanista en su época, pero también lo es hoy, ya que representa una motivación para las nuevas generaciones de profesionales a la hora de buscar la verdad científica y comprometerse con la sociedad", ha afirmado Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, presidente de la Fundación y nieto directo del médico homenajeado.
Gregorio Marañón fue un médico internista, escritor, humanista y pionero de la endocrinología y la medicina personalizada. Fue académico de número de la RANME, ocupando el sillón 26 desde su ingreso en 1922 hasta su fallecimiento en 1960.