Por Andrea Rivero
16 de diciembre de 2022La inmunoterapia CAR-T es uno de los tratamientos más importantes para luchar contra el cáncer pero, hasta el momento, no es 100% eficaz. Algunos tumores sólidos son capaces de crear un microambiente inmunodepresor que limita la función de los linfocitos T que intentan eliminarlos. Pero en esta carrera de fondo cada avance es importante. Ahora, dos estudios preclínicos publicados en la revista Science han demostrado que se pueden superar las limitaciones que presenta la inmunoterapia a través de la creación de células T modificadas con bioingeniería. ¿Qué puertas abren estos nuevos descubrimientos?
Una de las investigaciones, realizada por la Universidad de California en San Francisco, ha demostrado en ratones que utilizando los recién desarrollados receptores Notch, que reciben señales extracelulares, pueden modificar las células CAR-T añadiéndoles un segundo receptor capaz de reconocer una sustancia tumoral y, a posteriori, hacer que la célula T libere la proteína citocina interleucina-2 (IL-2) cuando entra en contacto con las células tumorales. Es decir, la célula T tiene un receptor que le permite detectar el tumor y segregar la proteína IL-2 únicamente cuando entran en contacto, evitando que se libere por todo el organismo y minimizando las consecuencias tóxicas de larga duración.
“Estos resultados muestran que es posible reconfigurar los circuitos de células T para reconstituir los resultados clave necesarios para una respuesta antitumoral robusta, pero evitando los puntos críticos de la supresión inmune tumoral. Estos tipos de circuitos de administración de citocinas locales diseñados por ingeniería genética pueden proporcionar una posible estrategia general para impulsar la actividad eficaz de las células T contra los tumores sólidos inmunodeprimidos”, concluyen en el estudio.
Por otro lado, los investigadores de un segundo estudio realizado por la Universidad de Boston, han diseñado células inmunes humanas capaces de activar programas celulares específicos a la carta, lo que permite emitir respuestas terapéuticas graduales y controladas en el tiempo. “En lugar de estar limitados por la inmunología natural (leucocitos, anticuerpos y citocinas), estos estudios amplían el alcance de las respuestas inmunitarias provocadas por las células CAR-T contra los tejidos enfermos”, resumen los investigadores.
Aunque en un primer momento estas investigaciones están centradas en el cáncer, sus aplicaciones podrían ir más allá. De acuerdo con Luis Alvarez-Vallina, jefe de la unidad mixta de inmunoterapia del cáncer del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, en declaraciones en Science Media Centre España, “estas aproximaciones podrían tener importantes aplicaciones futuras en otras patologías. En ambos casos se pretende superar los límites fisiológicos asociados con las respuestas inmunitarias naturales y establecer sistemas regulables, por interacciones con dianas tumorales específicas o mediante fármacos, para potenciar, regular o modular la respuesta inmunitaria”.
Sin embargo, ambos trabajos se encuentran en fase preclínica por lo que todavía queda el camino más pedregoso por recorrer, demostrar su eficacia en los humanos. Los ensayos clínicos serán los que dicten sentencia.