Por Andrea Rivero, Andrea Rivero
19 de abril de 2022El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso. Está caracterizada por una degeneración de neuronas en la sustancia negra que se sitúa en la parte media del cerebro. Esto da lugar a varios síntomas, siendo el más llamativo de la enfermedad la falta de control del movimiento y los conocidos temblores.
Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa más común tras el Alzheimer, por ello un diagnóstico temprano es muy importante. En la búsqueda de este objetivo, un estudio piloto de la Universidad del País Vasco (UP/EHU) ha comenzado a tomar y analizar muestras de lágrimas de 50 pacientes para detectar precozmente el párkinson. Actualmente una de las pruebas más comunes para detectar marcadores de párkinson se realiza a través de punción lumbar y extraer líquido cefalorraquídeo. Este método es bastante invasivo y por ello se buscan otras opciones.
De acuerdo con la doctora Elena Vecino, catedrática de Biología Celular de la UP/EHU y directora del grupo de investigación, “como el párkinson afecta a varios sistemas no motores y a los nervios periféricos, la secreción lagrimal podría estar alterada en estos pacientes, y la composición de las proteínas lagrimales podría mostrar un perfil característico que podría servir como biomarcador de diagnóstico”.
Este estudio se ha llevado a cabo analizando la lágrima de 54 personas, 27 de control y 27 pacientes con párkinson en distintas etapas de la enfermedad. Los resultados mostraban una alteración en algunas proteínas implicadas en la función de los lisosomas. Estos son orgánulos celulares que contienen enzimas y entre sus funciones se encuentra la de reciclar restos celulares de desecho. Según Vecino “entre los cientos de proteínas, casi miles, que se pueden detectar en una lágrima, hemos visto que hay una tendencia en unas cuantas a sobreexpresarse, es decir, que aparecen en mayor cantidad en los pacientes de párkinson”.
En este estudio participan profesionales de diversas ramas y centros de investigación. Además de la doctora Vecino también trabajan en él, la doctora Arantxa Acera, investigadora de la fundación Ikerbasque, el neurólogo Juan Carlos Gómez y especialistas de oftalmología del Hospital de Cruces y profesionales del servicio de proteómica del CIC Biogune. El siguiente paso de este equipo es encontrar el porqué de esta sobreexpresión analizando a más pacientes.