Por Europa Press
17 de enero de 2025Un estudio liderado por una enfermera de atención primaria del Institut Català de la Salut (ICS) ha concluido que la exposición de los niños a las pantallas empieza mucho antes de lo recomendado y muestra un uso excesivo de las mismas. El 68% de los menores partícipes del estudio tuvieron su primer contacto con pantallas antes de los dos años de vida, cuando las guías nacionales e internacionales, como la de la OMS, no recomiendan hacerlo antes de los dos o tres años.
Según la investigación publicada en la revista de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la exposición a las pantallas a tan corta edad supone graves problemas para la salud de los más pequeños, influyendo directamente en su capacidad de concentración, la capacidad de resolución de problemas y el control de los impulsos, afectando directamente el desarrollo del córtex prefrontal del cerebro durante la infancia. El efecto perjudicial para la salud de las pantallas se debe a los estímulos de constante luz, sonido y movimiento de las imágenes.
Según la encuesta, contestada por 1.500 familias de El Prat, la mayoría de los menores de 12 años consumen más de 2 horas de pantallas digitales en un día festivo, un uso "excesivo" si se tienen en cuenta las especificaciones de los expertos que aseguran que, en un día festivo, el consumo no debería superar las dos horas al día y una hora en los días entre semana.
Concretamente, un 42,3% de las familias encuestadas han manifestado que los pequeños estaban delante de estos dispositivos entre 2 y 4 horas en días festivos, un 14% lo estaba entre 4 y 6 horas, y un 4,67% durante más de 6 horas.
En cambio, en el caso de días laborables, los resultados indican que la mayoría de menores de 12 años cumplen las recomendaciones de consumir menos de 1 hora de pantallas digitales: un 44% estaban por debajo de este umbral, y un 8,5% directamente no se conectaba, si bien un 36,5% admitía que los pequeños se conectaban hasta 2 horas en un día de colegio.
Finalmente, el estudio también ha recogido que el 61% de los niños miran una pantalla mientras están comiendo y que el 33% adquiere su primer móvil entre los 10 y 11 años.
Emi Ruiz, líder del estudio y especialista en atención familiar y comunitaria en el CAP Disset de Setembre en El Prat, ha alertado de que la exposición a las pantallas aumenta proporcionalmente con la edad, y por eso llama a implementar nuevas estrategias para frenar esta tendencia en generaciones futuras.
El papel de los padres es esencial para el correcto desarrollo de los niños en el entorno digital. Ruiz considera que los padres deben tomar consciencia sobre el uso ‘‘correcto’’ de la tecnología y, como padres o tutores, ser un referente para los más pequeños. Además, los programas comunitarios ‘‘deberían incluir el objetivo de disminuir el uso de las pantallas'' que actualmente se limitan a determinar cuánto tiempo es el correcto sin ofrecer ningún método de reducción para que pueda ser puesto en práctica por los padres.
La encuesta ha detectado que la mitad de las familias ponen normas de uso para usar los dispositivos y limitan las horas de consumo. La inmensa mayoría (95%) afirma conocer que un uso inadecuado puede provocar trastornos del aprendizaje y de conducta alimentaria, así como adicción y problemas del sueño.
Aun así, los datos de la encuesta muestran que los menores hacen un consumo excesivo de pantallas "de forma generalizada".