Por Lucía de Mingo
24 de junio de 2022La pandemia ha sido un claro ejemplo de la importancia de tener medicamentos a tiempo. La velocidad de producción no suele ir ligada a la demanda social. Sin embargo, la llegada de las nuevas tecnologías, tanto en el ámbito sanitario como en el farmacéutico abre la puerta a miles de oportunidades.
Entre ellas se encuentra la producción de medicamentos a través de la impresión 3D. Álvaro Goyanes y su equipo del University Collegue London están experimentando este campo con un nuevo método basado en la fotopolimerización en tinta, es decir, en la impresión de una tableta de medicamentos de una vez. Este método utiliza un láser que al estar en contacto con una solución la convierte en sólido. “Normalmente esto crea el objeto capa por capa, pero en la polimerización en tina tienes tres haces de luz que vienen de tres lados diferentes”, explica Goyanes. “Cuando los tres rayos de luz se tocan, la resina pasa de líquido a sólido”. Además, utilizando un sistema de espejos, es posible crear estructuras complejas.
Así, se ha conseguido reducir la cantidad de tiempo necesario para producir ciertos medicamentos de tres o cuatro minutos a segundos. Goyanes confía en que se podría llegar a reducir el tiempo de este proceso hasta a un segundo. Además, afirma que las impresoras que su equipo ha desarrollado cuestan aproximadamente lo mismo que los equipos utilizados por la industria farmacéutica. Por ello, el coste no debería ser un impedimento para implementar esta tecnología.
Medicamentos personalizados
Además de aumentar la tasa de producción de medicamentos, la impresión
3D también tiene un gran potencial para producir medicamentos personalizados. “Hasta el 70% de los medicamentos que se
administran actualmente a los pacientes no son tan efectivos como podrían ser,
en gran parte debido a las dosis subóptimas que se administran”, sostiene
Goyanes. La administración de dosis altas puede provocar efectos
secundarios desagradables para los pacientes o, por el contrario, dosis más
bajas pueden pasar desapercibidas y no reportar beneficios en su salud.
En comparación con la producción por lotes, los medicamentos impresos en 3D se pueden personalizar según el método de concentración y liberación. Adriane Maxime, farmacéutica del Instituto Gustave Roussey, señala que los medicamentos impresos en 3D podrían permitir el desarrollo de medicamentos de liberación lenta, liberación rápida o una combinación de ambas.
Esto permitiría que la dosis se libere en el torrente sanguíneo a tasas personalizables. Un hallazgo que ya se ha producido a través de una prueba del fármaco anticoagulante Warfarina. Además, Maxime indica que a través del uso de la impresión 3D también se podría crear un medicamento que aúne varios fármacos en una sola tableta. Esto podría ser verdaderamente útil para aquellos pacientes que, ya sea por su edad o por sus patologías, deban tomar múltiples medicamentos al día y de forma crónica.
Goyanes estima que, en el mejor de los casos, “podríamos comenzar a ver medicamentos impresos en 3D utilizados en el servicio de salud dentro de tres a cinco años”. En la actualidad ya se están llevando a cabo varios ensayos clínicos en los que se prueba la eficacia de la medicina impresa en 3D. Si estos tienen éxito, revolucionará la producción de medicamentos, reduciendo su tiempo de producción, disminuyendo los costes y abaratando sus precios.