Por Santiago Melo
23 de mayo de 2025El Grupo de Investigación en Mecanismos Fundamentales en Biología Celular de UIC Barcelona ha desarrollado una solución que podría suponer un cambio en el tratamiento del acné. En lugar de tratarlo como una enfermedad infecciosa, los investigadores han apostado por una visión basada en el equilibrio del microbioma cutáneo, es decir, la comunidad de bacterias que habita en nuestra piel.
“El patógeno lo conocemos bien, pero no los protectores, que es lo que hemos buscado”, explica el codirector del grupo, Javier Jiménez. El estudio, llevado a cabo con adolescentes con y sin acné, identificó una bacteria presente solo en aquellos que no padecían esta enfermedad. Tras aislarla y comprobar su efecto protector, los expertos plantean ahora el desarrollo de un tratamiento tópico con extractos bioactivos de esta bacteria, orientado a restaurar el equilibrio natural de la piel.
Uno de los principales objetivos del equipo de investigación es ofrecer una alternativa real al uso de antibióticos, uno de los tratamientos más utilizados frente al acné, incluso en sus formas leves. Jiménez recuerda que el mal uso de estos fármacos, así como su uso prolongado, favorece la aparición de resistencias. “Muchas veces no se sigue bien la pauta, y aunque se haga, acaban perdiendo efectividad”, advierte.
La Organización Mundial de la Salud estima que en 2050 las resistencias a los antibióticos podrían provocar la muerte de 10 millones de personas cada año. Por eso, para los investigadores, encontrar métodos que reduzcan su uso innecesario es una prioridad. “El acné es una de las enfermedades en las que más se recurre a ellos. Esta situación es insostenible”, afirma Jiménez.
Actualmente, el tratamiento está en fase de análisis de toxicidad. No obstante, al proceder de bacterias presentes en personas sanas, los investigadores confían en su seguridad. Además, este hallazgo abre la puerta a posibles aplicaciones futuras, como su uso en intervenciones quirúrgicas donde la presencia de acné puede suponer un riesgo, por ejemplo, en cirugías de hombro que requieren prótesis. “El acné puede generar un biofilm en la prótesis y provocar su rechazo. Un tratamiento que regule la piel antes de la operación podría evitarlo”, apunta Jiménez. Eso sí, advierte que esta línea aún está por explorar.
Con este hallazgo, los investigadores de UIC Barcelona apuestan por un nuevo enfoque en el abordaje del acné, centrado en la prevención, la sostenibilidad y la protección del equilibrio natural de la piel. Una alternativa prometedora que podría llegar al mercado como cosmético tópico en los próximos años.