Por Medicina Responsable
11 de septiembre de 2025Un equipo multidisciplinar coordinado por el Hospital del Mar Research Institute ha desarrollado una herramienta de inteligencia artificial (IA) que permite identificar cómo las familias de interneuronas cooperan para construir el sistema de orientación del cerebro, usado para representar el entorno y aprender a moverse en él. El estudio, que ha analizado más de 7.000 neuronas del hipocampo y de la corteza cerebral de ratones, ha sido publicado en la revista Science.
Esta nueva herramienta es capaz de clasificar neuronas según su actividad eléctrica a partir de su respuesta a la luz, según informa el Hospital del Mar en un comunicado, y puede asignar a cada neurona una identidad celular según su familia de origen. Además, en su análisis muestra que cumplen funciones específicas y complementarias, pues unas regulan la precisión del mapa, otras su estabilidad y otras permiten adaptarlo a los cambios del entorno. "Esta línea de trabajo está redefiniendo nuestra comprensión del cerebro: no como una tabula rasa que simplemente registra lo que llega a través de los sentidos, sino cómo un sistema que produce acciones a partir de circuitos modelados por la evolución y refinados por el aprendizaje", ha explicado el coordinador del proyecto y responsable del Laboratorio de Computación Neural, Manuel Valero.
La investigación cuenta con la colaboración de la Universidad de Nueva York (NYU) y la participación del Instituto de Neurociencias de Alicante (INA) y la Universidad Cardenal Herrera-CEU, informa el Hospital del Mar este martes en un comunicado.
Los datos que reveló el análisis de las miles de neuronas sirvieron para estrenar una IA capaz de distinguir las diferentes familias neuronales a partir de la actividad registrada en el cerebro, una herramienta disponible, abierta y que puede aplicarse al estudio de otras regiones del cerebro.
El siguiente paso del equipo investigador es utilizarla para analizar cómo se ve alterado el funcionamiento de los circuitos neuronales en enfermedades como el Alzheimer, la epilepsia, la depresión mayor o el síndrome de Down, con el objetivo de avanzar hacia estrategias terapéuticas más específicas.