Por Julia Porras
28 de noviembre de 2023Un equipo de investigación multidisciplinar compuesto por varios institutos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y liderado por los investigadores José María Benlloch y Pablo Botella, junto a la Universitat Politècnica de València (UPV) y otras instituciones académicas y clínicas, ha desarrollado un nuevo antiinflamatorio con menos efectos adversos y toxicidad que los corticoides y que, a diferencia de estos, preserva el sistema inmune innato (actividad inmunomoduladora). El compuesto, denominado AG5, es un derivado sintético de un compuesto de origen vegetal que ya se ha experimentado en varios modelos animales, comprobando su utilidad para inhibir uno de los efectos más graves de los procesos inflamatorios asociados a infecciones como la Covid, cáncer y otras enfermedades inflamatorias crónicas.
AG5 es un derivado sulfónico sintético del andrografólido, el principio activo de la planta Andrographis paniculata, endémica de ciertas regiones de la India, Sri Lanka y otras áreas del sudeste asiático. Desde el punto de vista terapéutico, el derivado sulfónico presenta ventajas significativas, ya que aumenta notablemente la actividad antiinflamatoria.
Durante la pandemia de la Covid, los ensayos clínicos en pacientes hospitalizados confirmaron que los corticoides, como la dexametasona, redujeron la mortalidad, pero fueron perjudiciales cuando se aplicaron ante los primeros síntomas de la infección. Esto se debe a que la fuerte actividad inmunosupresora de estos fármacos debilita la respuesta inmune primaria, lo que provoca un retraso en la eliminación de la infección y resultados adversos en neumonías virales graves.
Según los investigadores del CSIC, la principal novedad de AG5 es que inicia una nueva clase de antiinflamatorios y, aunque al igual que la dexametasona, es capaz de inhibir la tormenta de citoquinas (uno de los síntomas más graves de la covid-19 y otras patologías, asociada con la hiperreacción del sistema inmunitario), tiene una diferencia; conserva adecuadamente la inmunidad innata del paciente. El compuesto es igual de eficaz, pero “con muchos menos efectos adversos y toxicidad”, apuntan los investigadores.
Esto es fundamental en las primeras etapas de cualquier infección nueva, ya que el cuerpo necesita desarrollar una respuesta de defensa contra el nuevo patógeno, pero también en el tratamiento de numerosos tipos de cáncer, en los que la supresión de la respuesta inmune primaria facilita el desarrollo del tumor.
Las pruebas in vitro han demostrado que AG5 es un inhibidor de la caspasa-1 (enzima implicada en la maduración de mediadores del sistema inmune), y es capaz de modular la respuesta inmune en procesos inflamatorios asociados a infecciones bacterianas y virales. Su eficacia terapéutica ha sido demostrada por ahora en diferentes modelos animales de inflamación (pez cebra y ratón), con y sin infección viral asociada.
El equipo de investigación espera que AG5 sea también muy útil en el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la inflamación pulmonar y la enfermedad del hígado graso. Igualmente, AG5 ha sido propuesto para la prevención y el tratamiento de la tormenta de citoquinas en la terapia con células T (CAR-T) para el cáncer. Los resultados de AG5 se han publicado en la revista Biomedicine and Pharmacotherapy.