Por Pedro Martínez
7 de marzo de 2025Un estudio de la Universidad de Cambridge demuestra que los perros, especialmente los labradores retrievers británicos, son portadores del gen DENND1B que predispone al organismo a desarrollar una serie de comportamientos que suponen un aumento en el riesgo de padecer obesidad. Este gen afecta de igual manera a los humanos. A pesar de que ya se conocía que los humanos y los canes compartimos genes que pueden predisponer al sobrepeso, el gen DENND1B parece ser el más importante a la hora de poder desarrollar esta enfermedad.
La importancia de este gen reside en el proceso cerebral que regula: la vía leptina-melanocortina, por la que el cerebro regula el equilibrio energético en el cuerpo. El desarrollo incorrecto de este proceso puede provocar que el cuerpo, a pesar de tener todas sus necesidades nutritivas cubiertas, exija una mayor inyección de nutrientes, por lo que envía una serie de señales al cerebro que obligan a la persona o al perro a comer impulsivamente. De este modo, se constata que, al igual que en los humanos, la presencia de este gen está relacionada con un mayor riesgo de padecer obesidad.
El único remedio para que perros y humanos no sufran de obesidad relacionada con la presencia de este gen es la dieta estricta y la realización de ejercicio de manera habitual. Estos hábitos han demostrado frenar el desarrollo de la obesidad hasta en los individuos que, a causa de este gen, tenían un mayor riesgo de predisposición.
Esta similitud genética entre humanos y canes pone sobre la mesa el potencial que tendrían los perros para el estudio de enfermedades como la obesidad, pudiendo ser el vehículo de investigación en trabajos futuros sobre la obesidad.