Por Lucía de Mingo, Andrea Martín
22 de diciembre de 2022Investigadores del Laboratorio neoyorquino Cold Spring Harbor Laboratory (CSHL) han descifrado el misterio que estaba detrás de la letalidad de un cáncer cerebral mortal, el glioblastoma. La clave reside en cómo se relaciona la proteína BRD8 con otra proteína, la P53, un elemento básico en las defensas naturales del cuerpo contra el cáncer, que evita que las células crezcan demasiado y se conviertan en tumores.
El glioblastoma es un tumor que se puede originar en las células de soporte del tejido cerebral o puede ser producto de una metástasis, es decir, de la expansión de las células cancerígenas de otra localización extracerebral. En la mayoría de los casos de los glioblastomas diagnosticados, la proteína P53 actúa como si estuviera rota y deshabilitada de sus funciones preventivas, de ahí su alta letalidad. Cuando los investigadores desactivaron la BRD8 a través de la edición del genoma, el "arsenal" de P53 se despertó repentinamente y comenzó a bloquear el crecimiento del tumor.
“Es como si la BRD8 estuviera diciendo 'no pasar’ al poder de prevención de tumores de la P53. Cuando golpeamos a BRD8 de la manera correcta, el tumor se aniquila”, explica Alea Mills, profesora del CSHL. Ella y su equipo implantaron células tumorales de pacientes con glioblastoma en ratones y observaron cómo crecían los tumores en el cerebro. Cuando se inactivó la proteína BRD8, se desbloqueó la P53, los tumores dejaron de crecer y los ratones vivieron más tiempo.
El hallazgo abre la puerta a la esperanza y a que los medicamentos dirigidos al corazón de la BRD8 puedan funcionar para luchar contra el glioblastoma. Mills espera que este descubrimiento ayude a convertir este cáncer cerebral mortal en una enfermedad tratable y se incremente la esperanza de vida de los pacientes a los que se les diagnostica.