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Un conocido contaminante ambiental puede cambiar los mecanismos que controlan los genes

Este hallazgo, llevado a cabo por un grupo de investigadores internacionales, amplía los conocimientos sobre el formaldehído, que hasta ahora solo se consideraba un mutágeno del ADN

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Un conocido contaminante ambiental puede cambiar los mecanismos que controlan los genes

Por Andrea Martín

3 de noviembre de 2023

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que el formaldehído, un contaminante muy extendido y metabolito de nuestro organismo, comúnmente presente en diversos productos domésticos, cosméticos y ampliamente utilizado en la construcción, interfiere en la programación epigenética de las células. Es decir, puede modificar los mecanismos químicos que controlan los genes. Este hallazgo amplía los conocimientos sobre el formaldehído, que hasta ahora solo se consideraba un mutágeno del ADN, y ayuda a establecer un nuevo vínculo entre este y el cáncer.

La epigenética, los mecanismos químicos que controlan la actividad de los genes, permite a nuestras células adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno que nos rodea. Sin embargo, esta ventaja puede ser también un inconveniente, ya que esta regulación epigenética puede verse alterada fácilmente por toxinas.

La investigación, publicada en la revista “Science” y dirigida por la Universidad de California Berkeley (Estados Unidos), en colaboración con el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras de Barcelona, es pionero en el estudio de los efectos de diversos productos químicos sobre la epigenética. El estudio se ha centrado en investigar los efectos de altas concentraciones de formaldehído en el organismo, sustancia que ya se ha asociado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer, de producir una degeneración hepática por hígado graso u originar asma.

Como resumen de la investigación, el doctor Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, explica que "hemos descubierto que el formaldehído es un inhibidor de la proteína MAT1A, que es la principal productora de S-adenosil-L-metionina (SAM), una molécula que regula la actividad epigenética. En concreto, hemos visto que la exposición al formaldehído induce una reducción del contenido de SAM y provoca un cambio epigenético en un tipo de proteínas que se encuentran en los cromosomas, las histonas. Esto es lo que da lugar a las capacidades de modificar el paisaje epigenético de nuestras células, lo que podría contribuir a las propiedades cancerígenas del formaldehído".

Los cambios epigenéticos provocados por este agente tóxico podrían contribuir directamente al origen de las enfermedades mencionadas, más allá de sus conocidas propiedades mutagénicas. Sobre este asunto, Esteller comenta que "las autoridades sanitarias internacionales ya están restringiendo al máximo el uso de formaldehído, pero todavía existen ámbitos laborales en los que se utiliza en altos niveles, como en la producción de plástico o la industria cosmética. Además, también se origina durante la combustión de la gasolina de los automóviles y en el humo del tabaco, por lo que deben promoverse políticas medioambientales y sanitarias dirigidas a reducir nuestra exposición a esta sustancia caracterizada”.



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