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Investigación

Evolución de la cirugía cardiovascular: de corazón abierto a dos pequeñas incisiones

Desde hace décadas, más del 75% de todas las operaciones cardiovasculares que se realizan se llevan a cabo mediante intervenciones mínimamente invasivas o transcatéter

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Por Julia Porras, Andrea Martín

25 de octubre de 2023

La cirugía cardiaca ha ido evolucionando en las últimas décadas hacia la llamada cirugía mínimamente invasiva o transcatéter. Según explica el doctor Xavier Ruyra, jefe de Servicio de Cirugía Cardíaca del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon, esta técnica consiste en realizar intervenciones a través de pequeñas incisiones, mucho menos agresivas, lo que se traduce en menos dolor, menor pérdida de sangre, tasas de infección muy bajas y recuperación funcional mucho más rápida del paciente. De hecho, está cada vez más demandada porque comporta mucho menos riesgo y secuelas menores para los pacientes.

La cirugía del corazón se inició en 1815, cuando el español Francisco Romero realizó con éxito la primera toracotomía, seguida de una apertura del pericardio. A partir de 1950, la cirugía cardiaca abierta empezó a realizarse más frecuentemente, y la incisión más utilizada fue la esternotomía media, es decir, cortar con una sierra quirúrgica el hueso esternón, y a través de una abertura de unos 20-25 cm, acceder ampliamente al corazón. Esto se conoce como cirugía a corazón abierto.  Afortunadamente ese tipo de cirugías ahora se llevan a cabo solo en casos puntuales y muy complejos.

La técnica transcatéter funciona precisamente con un fino catéter que se introduce por pequeñas incisiones a través del cual se puede operar una parte del corazón e, incluso, colocar válvulas sin necesidad de parar el corazón ni conectarlo a una máquina extracorpórea. Gracias a esta técnica, el catéter viaja por el cuerpo a través de la arteria femoral y llega hasta el corazón sin problemas.

Desde hace ya muchos años, más del 75% de todas las operaciones cardiovasculares que se realizan –y casi el 90% de problemas de válvulas– se han llevado a cabo sin necesidad de cortar el hueso esternón ni las costillas, con incisiones mucho más pequeñas, casi invisibles (acceso transaxilar) o inexistentes (procedimientos por catéter).

Los avances son imparables en este campo porque los pacientes cada vez demandan más resolver problemas complejos con menos invasión. En poco tiempo será algo raro abrir el pecho a una persona para poder resolver su problema cardiovascular.



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