Por Virginia Delgado
9 de mayo de 2024Según un estudio estadounidense, realizado a lo largo de 34 años y publicado en el Journal of the British Medical Association, un elevado consumo de alimentos ultraprocesados está relacionado con un riesgo ligeramente mayor de muerte.
Los investigadores, dirigidos por el profesor asociado del departamento de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, Mingyang Song, concluyeron que conviene “limitar” su consumo para la salud a largo plazo, “aunque no todos, ni universalmente”.
Los participantes del estudio, en el que se utilizaron mediciones detalladas, validadas y repetidas, así como análisis adicionales, fueron profesionales de la salud. Así, se rastreó, desde 1984 y hasta 2018, la salud de 74.563 enfermeras de 11 estados de EE. UU. y de 39.501 sanitarios hombres de 50 estados. Ninguno tenía antecedentes de cáncer, enfermedades cardiovasculares, ni diabetes.
Cada dos años, los participantes proporcionaron información sobre su salud y hábitos de vida, y cada cuatro completaron un cuestionario alimentario detallado. La calidad general de la dieta también se evaluó mediante la puntuación del Índice de Alimentación Saludable Alternativa-2010 (AHEI).
Durante el período de seguimiento, se identificaron 48.193 muertes; 13.557 por cáncer, 11.416 por enfermedades cardiovasculares, 3.926 por dolencias respiratorias y 6.343 por patologías neurodegenerativas.
En la comparación que se realizó entre las personas que consumieron un promedio de tres porciones de alimentos ultraprocesados al día y los que tomaron siete, se comprobó que estos últimos tenían un riesgo 4% mayor de muerte total y un 9% superior de otras muertes.
En números absolutos, la tasa de fallecimiento por cualquier causa entre los participantes, en el trimestre más bajo y más alto de la ingesta de estos productos, fue de 1.472 y 1.536 por 100.000 personas al año, respectivamente.
La asociación entre su consumo y la muerte varió entre grupos de alimentos específicos, siendo los elaborados a base de carne, aves y mariscos los que mostraron las relaciones más fuertes y consistentes, seguidos por las bebidas endulzadas con azúcar y artificialmente, los postres a base de lácteos y los alimentos ultraprocesados para el desayuno.