Por Julia Porras
16 de enero de 2024En la actualidad se conoce un centenar de los llamados genes de predisposición al cáncer (CPGs, por sus siglas en inglés). Es decir, aquellos que facilitan el desarrollo de esta enfermedad, por lo que la probabilidad de desarrollar un cáncer es mayor en quien hereda determinadas variantes alteradas de alguno de estos genes. “Pero esos cien genes solo explican un 10% de los casos de cáncer. La gran mayoría de los demás casos puede estar relacionado con mutaciones que desconocemos”, explica Solip Park, jefa del Grupo de Genómica Computacional del Cáncer en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Encontrar estas otras variantes alteradas ayuda a la detección temprana y a desarrollar tratamientos que contrarresten su efecto.
Para descubrirlas, Park decidió acotar la búsqueda en un grupo con un perfil genético fácilmente identificable: personas portadoras de genes que, cuando se ven alterados, dan lugar a una enfermedad hereditaria. Son enfermedades monogénicas (se producen por la alteración de un solo gen), como la distrofia muscular o la enfermedad de Gaucher, por la que se acumulan grasas en diversas células.
Park, junto con colaboradores de varias instituciones de Seúl (Corea del Sur), ha descubierto 103 genes en los que las alteraciones que causan enfermedades monogenéticas a menudo coexisten con otras alteraciones que predisponen al cáncer.
En el estudio se verificó que las personas con mutaciones de enfermedades monogenéticas hereditarias en esos 103 genes también presentaban mayor cantidad de mutaciones implicadas en cáncer que el grupo de control, formado por personas sanas. Algunas de estas mutaciones se asocian a tipos específicos de cáncer, como carcinoma de células renales, linfoma no Hodgkin de células B, adenocarcinoma de mama y meduloblastoma; otras mutaciones están relacionadas con la propensión al cáncer en general.
Así pues, los autores proponen en su estudio, publicado en Genome Medicine, que “estos 103 genes cuyas mutaciones pueden causar enfermedades mendelianas pueden comportarse también como genes de predisposición al cáncer”.
En su investigación analizan también cómo las variantes defectuosas de esos genes promueven la progresión de los tumores y causan otras enfermedades, y apuntan a diversos mecanismos de acción, como distorsiones del metabolismo celular o de la respuesta inmune. Algunos son mecanismos no contemplados hasta ahora en cáncer, por lo que los autores destacan la necesidad de profundizar en ellos.
Han analizado con mayor exhaustividad el gen PAH , conocido porque algunas de sus mutaciones ocasionan la enfermedad rara hereditaria fenilcetonuria, que dificulta la asimilación de proteínas y aspartamo. Lo seleccionaron porque presentaba la mayor cantidad de variantes susceptibles de dar lugar a varios tipos de cáncer y han descubierto su relación con el carcinoma de células escamosas de pulmón, tumores del tejido hepático, así como con otras enfermedades y con un retraso en el crecimiento.