Una dieta sana en las niñas se relaciona con una primera regla más tardía y menos riesgos para la salud

Un estudio realizado por investigadores del Centro Oncológico Fred Hutch en Seattle ha analizado los datos de más de 7.500 niñas de entre 9 y 14 años en Estados Unidos. Se centraron en cómo los patrones dietéticos influyen en la edad de aparición de la primera regla, utilizando dos índices dietéticos que miden tanto el carácter inflamatorio de los alimentos como su relación con enfermedades crónicas.

Los resultados mostraron que las niñas que consumían más alimentos con efectos inflamatorios, como carnes procesadas, bebidas azucaradas o cereales refinados, tenían un 15% más de probabilidades de tener su primer periodo el mes siguiente. Por el contrario, una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado azul y frutos secos reducía esa probabilidad en un 8%.

Este hallazgo es relevante porque la edad temprana de la primera menstruación se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedades como cáncer de mama, diabetes tipo 2, obesidad y patologías cardiovasculares. En las últimas décadas, se ha detectado un adelanto en la edad media de la primera regla, que ha pasado de los 14 años a los 12 años, un cambio que preocupa a los expertos por sus implicaciones a largo plazo.

Uno de los aspectos más destacados de este nuevo trabajo es que, a diferencia de estudios anteriores, el momento de la pubertad no se vio influido por el índice de masa corporal (IMC) ni por la altura de las niñas. Esto indica que, aunque el sobrepeso puede estar relacionado con la dieta, lo más determinante en este caso son los alimentos concretos que forman parte del patrón alimentario.

Los expertos también recuerdan que otros factores ambientales, como la contaminación del aire o ciertos químicos presentes en productos cosméticos y de cuidado personal, pueden influir en el inicio temprano de la pubertad.

En cuanto a las recomendaciones nutricionales, los investigadores insisten en fomentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado azul, frutos secos y grasas saludables como los ácidos grasos omega 3 y omega 6.

Al mismo tiempo, aconsejan reducir al mínimo alimentos como carnes rojas y procesadas, bebidas azucaradas, cereales refinados y productos con alto contenido en sal.

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