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El círculo vicioso de comer alimentos ultraprocesados, ¿por qué nos enganchamos a ellos?

Investigadores de la Universidad Memorial de Canadá han descubierto que una dieta alta en grasas induce niveles bajos de la hormona PGE2 en el cerebro, activando las neuronas MCH que promueven el apetito

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El círculo vicioso de comer alimentos ultraprocesados, ¿por qué nos enganchamos a ellos?
Unsplash

Por Andrea Rivero

19 de julio de 2023

España tiene problemas de sobrepeso y obesidad. En nuestro país, el 37,8% de los adultos tiene sobrepeso y el 16% es obeso, según los últimos datos del Observatorio Global de la Obesidad de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Además, las cifras en la población infantil no son mejores; se estima que el 21,6% de los menores presenta sobrepeso y el 11,8% obesidad. 

Estos problemas se pueden deber a diversos factores, aunque hay uno indiscutible: el elevado consumo de alimentos ultraprocesados ricos en grasas. Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Memorial de Terranova, en Canadá, ha descubierto por qué este tipo de alimentos hace que aumente nuestro apetito y queramos comer más, llevándonos a engordar en exceso. 

Los investigadores descubrieron que consumir una dieta alta en grasas induce niveles bajos de la hormona prostaglandina E2 (PGE2) en el cerebro, lo que activa las neuronas MCH, que promueven el apetito, y, como consecuencia, hace que aumente nuestro peso. Tal y como ha explicado a Medicina Responsable Michiru Hirasawa, profesora de neurociencias en la Facultad de Medicina de la Universidad Memorial y una de las autoras del estudio, “comprobamos que el bloqueo de esta acción de PGE2 en ratones que comen una dieta rica en grasas evitó el aumento de peso excesivo y el hígado graso”.

Acción inflamatoria de la prostaglandina E2

La prostaglandina E2 es una molécula que actúa sobre procesos del sistema inmune como la fiebre. Otros estudios ya habían revelado que las dietas con niveles altos de grasa producen una inflamación del hipotálamo, una región fundamental para el equilibrio energético, lo que está directamente relacionado con el incremento del apetito. No obstante, también han descubierto que esta inflamación se relaciona no solo con el incremento de peso, sino con enfermedades como la anorexia. 

“La inflamación se asocia comúnmente con la enfermedad y la pérdida de peso. Por lo tanto, fue desconcertante cuando investigaciones anteriores mostraron que la inflamación ocurre durante la obesidad inducida por la dieta”, nos explica la investigadora Hirasawa, quien también ha aclarado que su estudio ofrece una explicación de cómo la inflamación puede afectar el peso corporal en direcciones opuestas. 

Según la investigadora, “descubrimos que los niveles bajos de PGE2 pueden activar las neuronas promotoras del apetito, lo que ocurre durante el consumo elevado de grasas, mientras que los niveles altos de PGE2, como se observa durante las enfermedades inflamatorias, inhiben las mismas neuronas, lo que daría como resultado en la pérdida de peso”.

El equipo espera que estos hallazgos ayuden a desarrollar tratamientos contra la obesidad bloqueando los mecanismos que han encontrado en su estudio, “sin embargo, dado que la PGE2 tiene otras funciones en el cerebro y en el cuerpo, es fundamental identificar los posibles efectos secundarios y probar exhaustivamente su seguridad antes de que pueda usarse como tratamiento para la obesidad”, concluye Hirasawa. 



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