Por Andrea Martín
3 de enero de 2025Un grupo de investigadores del Instituto Hubrecht, en los Países Bajos, ha logrado un avance significativo en la regeneración cardíaca al utilizar una proteína del pez cebra para reparar corazones dañados en ratones. El equipo, liderado por Jeroen Bakkers, descubrió que la proteína Hmga1 desempeña un papel esencial en la capacidad de este ciprínido para regenerar su corazón tras una lesión, un proceso que podría ser replicado en humanos mediante terapias genéticas.
El pez cebra posee una capacidad única para regenerar sus células musculares cardíacas y recuperar por completo la función del corazón en apenas 60 días tras sufrir daño. Esto contrasta con los humanos, cuyo corazón no puede regenerarse tras un infarto, lo que a menudo deriva en insuficiencia cardíaca. Según explicó Bakkers, estudiar estas diferencias entre especies permite entender los mecanismos de regeneración cardíaca, con el objetivo de desarrollar tratamientos que puedan prevenir las afecciones del corazón en humanos.
La investigación, cuyos resultados se publicaron en Nature Cardiovascular Research, identificó que la proteína Hmga1 juega un papel crucial en este proceso. Durante el desarrollo embrionario, esta proteína facilita el crecimiento celular, pero en organismos adultos, el gen que la codifica suele estar inactivo. Los científicos descubrieron que Hmga1 elimina los obstáculos moleculares de la cromatina, una estructura que empaqueta el ADN. Esto permite que los genes reparadores latentes vuelvan a activarse.
El equipo aplicó esta proteína en corazones dañados de ratones y observó resultados prometedores. Hmga1 estimuló la división y el crecimiento de células musculares cardíacas exclusivamente en las zonas dañadas, mejorando significativamente la función del corazón sin efectos secundarios, como el agrandamiento del órgano o crecimiento en tejido sano. Según Mara Bouwman, coautora principal, esto sugiere que el daño actúa como un disparador que activa el proceso de reparación.
Comparando la actividad del gen Hmga1 en peces cebra, ratones y humanos, los investigadores confirmaron que, en humanos, este gen está activo solo durante el desarrollo embrionario y no después de un ataque cardíaco. No obstante, su presencia proporciona una base para desarrollar terapias genéticas capaces de reactivar este potencial regenerativo en el corazón humano.
Aunque el hallazgo representa un avance crucial, aún se requieren más estudios antes de llevar estas terapias a la clínica. Bakkers destacó que el siguiente paso será probar la eficacia de Hmga1 en células musculares cardíacas humanas en cultivo. Este trabajo se realizará en colaboración con el Centro Médico Universitario de Utrecht y formará parte del programa Summit (DRIVE-RM), que en 2025 explorará más a fondo la regeneración cardíaca en humanos.
Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para tratar enfermedades cardíacas y prevenir la insuficiencia cardíaca, marcando un paso importante hacia terapias regenerativas seguras y específicas.