Por Pedro Martínez
24 de febrero de 2025Según un estudio presentado por la Asociación Mácula Retina, casi ocho millones de españoles sufrirán una pérdida de visión irreversible en el año 2030, duplicando así los casos registrados en 2021. Con el objetivo de frenar estas cifras, un equipo internacional, liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ha desarrollado la primera retina artificial construida con un material biohíbrido de fibroína de seda y células retinianas, basándose en la ingeniería tisular (combinación de andamios, células y moléculas biológicamente activas para crear tejidos funcionales).
Fivos Panestos, director del Grupo de Neuro-computación y Neuro-robótica de la UCM y miembro del Instituto de Investigaciones Sanitarias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid (IdISSC), explica que ‘‘la retina artificial diseñada es una terapia para la reconstrucción de la retina dañada mediante el implante de células sanas en el ojo del paciente’’. Este proyecto podría ser aplicado en pacientes con patologías visuales como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), miopía, retinopatía diabética, edema macular diabético o glaucoma.
Las células de la retina diseñada artificialmente se adhieren sobre un biomaterial (biofilms de fibroína de seda) muy fino y recubierto por un gel 100% biocompatible con el tejido humano. Este material protege a las células de la retina durante la cirugía, además de otorgarles el tiempo que necesiten para integrarse con el tejido que rodea el lugar del trasplante.
La construcción de esta retina artificial se basa en las mecánicas de la membrana de Bruch (capa de células que hace de soporte para la retina natural). Una vez analizado el funcionamiento de esta membrana, los investigadores biofuncionalizaron las membranas artificiales para que fueran capaces de adherirse a las células retinianas, cultivando sobre este implante, células epiteliales y neurales; siendo las primeras, parte de una de las seis capas microscópicas que forman el espesor corneal total, mientras que las segundas están asociadas al correcto funcionamiento de los fotorreceptores.