Por Lucía de Mingo
30 de junio de 2022Enfrentarse durante meses a uno de los enemigos más letales e insaciables no debe ser fácil. Eso es precisamente lo que hacen las células T de nuestro sistema inmunitario, aunque con el tiempo se agotan y se vuelven menos efectivas. Ahora, investigadores de los Institutos Gladstone y la Universidad de Stanford han dado con los interruptores genéticos que se activan en las células T agotadas.
Además, durante el trascurso de la investigación también consiguieron prevenir este agotamiento inmunitario, un paso importante hacia la mejora de los tratamientos contra el cáncer basados en el sistema inmunitario. "Lo emocionante de estos resultados es que nos brindan posibles caminos a seguir para aumentar la capacidad de las células T para mantener una lucha a largo plazo contra las células cancerosas", dice Alex Marson, director del Gladstone-UCSF Institute of Genomic Immunology y autor del nuevo estudio publicado en Cancer Cell.
Las inmunoterapias contra el cáncer han sido efectivas para una parte de los pacientes con cáncer. Sin embargo, la realidad es que, en la mayoría de los casos, no funcionan o no lo suficiente para acabar con la enfermedad, a menudo debido al agotamiento de las células T.
Estos soldados de primera línea reconocen a sus oponentes, que varían desde patógenos hasta cánceres, y los atacan. Para llevar a cabo este reconocimiento lo hacen a través de los receptores únicos ubicados en sus superficies. De esta forma, cuando una molécula se une a cualquiera de estos receptores, la célula T se activa y comienza a producir moléculas inmunes para atacarla.
Cómo detectaron el agotamiento
El equipo usó la edición de genes CRISPR-Cas9 para alterar
decenas de miles de genes en las células. Así observaron qué células T
mostraban más o menos agotamiento de lo habitual después de la activación
constante de sus receptores de células T. Esto permitió a los
investigadores identificar qué genes eran los más importantes para
desencadenar el agotamiento de las células T.
A través de la edición de genes consiguieron identificar que los más críticos relacionados con el agotamiento de las células T fueron los reguladores epigenéticos, encargados de remodelar la estructura física del ADN para activar o desactivar cientos de genes a la vez.
Los investigadores afirman que, a pesar de estos hallazgos, se necesita más trabajo para comprender mejor el efecto de alterar los factores epigenéticos en humanos con cáncer. Pero sus resultados indican que la alteración de estos genes, o algunos de los genes que controlan, podría mejorar la eficacia de las inmunoterapias existentes. “Este estudio nos brinda múltiples tiros diferentes para tratar de ayudar a las células T a evitar el agotamiento y, por lo tanto, mejorar las inmunoterapias”, relatan.