Por Lucía de Mingo
25 de abril de 2022La muerte súbita es el fallecimiento repentino e inesperado de una persona aparentemente sana. De hecho, supone un problema de salud pública mundial y una de las principales causas de fallecimiento.
La Universidad del País Vasco ha realizado un estudio en el que determinan la incidencia de muerte súbita cardiaca vinculada a la práctica de deporte en los españoles. El perfil es claro. Hombre, de mediana edad, practicante de deportes recreativos, especialmente ciclismo, fútbol y jogging.
Tras investigar casi 300 casos extrajeron que la incidencia en la población general es de 0,38 casos por 100.000 habitantes por año, dato que asciende al 0,82 entre los deportistas habituales. En el estudio se analizaron las autopsias forenses realizadas en 25 provincias en un periodo de ocho años, de 2010 a 2017.
Pero ¿cuáles son los deportes en los que suele ser más habitual la muerte súbita? Los deportes más propensos son los recreativos, es decir, aquellos practicados por placer y diversión, en el 96% de los casos. El ciclismo alcanza el 28%, el fútbol el 18% y el jogging el 17%.
En los sujetos analizados en el 99% de los casos la muerte fue de origen cardiovascular. Como causas principales fueron la cardiopatía isquémica (63%), las miocardiopatías (21%) y el síndrome de muerte súbita arrítmica (6%).
Según un informe elaborado por la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón, en colaboración con la Cruz Roja, la principal causa es la fibrilación ventricular, es decir, una arritmia cardiaca maligna. Ésta produce la perdida de latido efectivo y hace que el corazón se pare en escasos minutos. La víctima comienza perdiendo el pulso para, unos segundos después, acabar perdiendo el conocimiento y la capacidad de respirar.
Actuar inmediatamente es vital
En este tipo de situaciones la asistenta inmediata es vital, sino la
persona fallecerá al cabo de unos minutos. De ahí la importancia de que la
población tenga conocimientos para practicar maniobras de reanimación. En el
caso de España, que una persona sobreviva oscila entre un 5 y un 10% por la
escasez de estos conocimientos, tan solo un 30% de los españoles saben realizar
una RCP.
Y es que cada minuto que transcurre sin intervención conlleva un 10% menos de probabilidad de supervivencia. Esto quiere decir que trascurridos 10 minutos las posibilidades de sobrevivir son mínimas. Por ello, es esencial contar con población formada en técnicas de reanimación, la coordinación inmediata con los servicios de emergencias y la accesibilidad a los desfibriladores en lugares públicos.