Por Lucía de Mingo
21 de diciembre de 2022Si hay un hecho constatado a lo largo de la historia de la humanidad es que el bostezo es contagioso. ¿Quién no ha bostezado en alguna ocasión y ha visto cómo el que tenía en frente terminaba repitiendo la misma conducta?
El bostezo es una acción muy común entre los humanos, aunque sus causas y utilidad para el organismo siguen siendo una incógnita para los científicos que apuntan al sueño o la fatiga como las principales razones.
Esta acción incontrolada de abrir la boca e inhalar aire es tan solo uno de los muchos gestos de los que son responsables nuestras neuronas espejo. Según explica el doctor José Manuel Moltó, miembro de la Sociedad Española de Neurología, estas son un grupo de neuronas que responden a lo que vemos delante de nosotros. “En el caso del bostezo, esta respuesta es mayor cuando se trata de un familiar o de alguien más cercano, si vemos a alguien un poco más lejano o simplemente conocido, la probabilidad de que se nos contagie es menor”.
Las neuronas espejo se ubican en el lóbulo frontal y en parte del lóbulo parietal, es decir, en las porciones del cerebro que se encargan de las funciones motoras, sensoriales y del habla. Los expertos estiman que en cada centímetro cúbico de nuestro cerebro hay unas 1.000 neuronas espejo, aunque no todos tenemos la misma cantidad, hay gente con más capacidad empática, señala el doctor Moltó. En este caso la cantidad sí importa dado que cuantas más tengamos, mejor comprenderemos las acciones y emociones que sienten el resto de las personas.
Estas neuronas tienen un papel esencial en el aprendizaje por imitación, la observación o la empatía. Por ello, están implicadas en muchos aspectos de la vida y de las relaciones sociales. “Incluso en personas que han tenido un ictus o que tienen un problema cerebral importante siguen reconociendo el gesto de tristeza. El funcionamiento de las neuronas espejo es bastante poderoso”, hace hincapié el doctor Moltó.
No obstante, recalca que si alguien no se contagia de un bostezo no tiene ningún tipo de significado y que siempre hay que tener en cuenta el contexto ya que están implicados otros factores como el cansancio, el sueño, el aburrimiento e incluso el hambre.
El ser humano es un animal social que necesita convivir en comunidad, trasmitir a los demás las emociones y hacer ver que comparte las emociones que siente la otra persona. Sin las neuronas espejo seríamos una sociedad apática incapaz de comprenderse y de relacionarse e incluso de aprender y comprender la realidad que nos rodea.