Por Gema Puerto
1 de febrero de 2023Un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), con datos de 93 ciudades europeas, estima que un tercio de las muertes atribuibles al calor en las zonas de las ciudades que experimentan temperaturas más altas podrían evitarse si los árboles cubrieran el 30% del espacio urbano.
Según los datos del informe, impulsado por la Fundación "la Caixa" y publicado en la revista científica The Lancet, más del 4% de las muertes que se producen en las ciudades durante los meses de verano se deben a las islas de calor urbanas, zonas que experimentan temperaturas más altas que las zonas circundantes.
El equipo internacional encargado del informe, liderado por Mark Nieuwenhuijsen, director de ISGlobal, estimó las tasas de mortalidad de las personas mayores de 20 años residentes en 93 ciudades europeas (un total de 57 millones de habitantes), entre junio y agosto de 2015, y recopiló datos sobre las temperaturas diarias rurales y urbanas de cada ciudad.
Los análisis se realizaron a un nivel de alta resolución (áreas de 250 m x 250 m). En primer lugar, estimaron la mortalidad prematura simulando un escenario hipotético sin isla de calor urbana. En segundo lugar, estimaron la reducción en temperaturas que se obtendría aumentando la cobertura de árboles hasta el 30%, así como las muertes que podrían evitarse.
"Nuestro objetivo es informar a los responsables de las administraciones locales de las ventajas de integrar zonas verdes en todos los barrios para promover entornos urbanos más sostenibles, resilientes y saludables", explica Nieuwenhuijsen.
Los resultados muestran que, de junio a agosto del 2015, las ciudades fueron en promedio 1,5 grados centígrados más calientes que las área
Según el estudio, 6.700 muertes prematuras pueden atribuirse al aumento de las temperaturas urbanas, lo que representa el 4,3% de la mortalidad total durante los meses de verano y el 1,8% de la mortalidad durante todo el año.
Un tercio de estas muertes (2.644) podrían haberse evitado aumentando la cubierta arbórea hasta un 30% del espacio urbano, con lo que se reducirían las temperaturas. En general, las ciudades con mayores tasas de exceso de mortalidad por calor se encontraban en el sur y el este de Europa, siendo estas ciudades las que más se beneficiarían de un aumento de la cubierta arbórea.