Por Pedro Martínez
21 de agosto de 2025Que el otoño es la temporada en la que más pelo se cae es una creencia bastante extendida, pero, un estudio británico ha demostrado que agosto es el mes en el que más caída capilar se registra. Esta pérdida de pelo se debe a un proceso natural, llamado fase telógena estacional, por el cual el cuerpo busca la renovación del ciclo del cabello. A este fenómeno se suman diferentes factores ambientales relacionados con el verano (sudoración, radiación, salitre, cloro de las piscinas) que aumentan considerablemente la pérdida de pelo.
El cabello posee un ciclo vital que comienza con la fase de crecimiento (anágena), luego pasa a la fase de transición (catágena) y finalmente llega a la fase de reposo (telógena); momento en el que el cabello cae. En los meses de agosto y septiembre es el momento en el que más cabellos se encuentran bajo esta fase de caída por lo que estos meses se convierten en la época del año en la que más pelo suele perderse en personas que viven en el hemisferio norte.
Con el objetivo de demostrarlo, investigadores británicos realizaron un seguimiento de 18 meses a un grupo cohorte de más de 800 personas que pudo confirmar esta mayor caída de pelo en los meses de agosto y septiembre. Además, este estudio reportó que la mayor caída de cabello del año se produce el día 8 de agosto, aunque no han sido capaces de descubrir el por qué.
A pesar de que la caída sea especialmente intensa en esta época del año, es un proceso que responde a una renovación y, en la mayoría de los casos, no implica una pérdida irreversible. Es una caída temporal que dura menos de ocho semanas, momento en el que si sigue perdiéndose cabello sería conveniente acudir a un dermatólogo para descartar déficits nutricionales, estrés, cambios hormonales o enfermedades que puedan estar empeorando este proceso de renovación capilar.
Durante los meses de verano sometemos a nuestro cuerpo, y en especial a nuestro cabello, a una serie de factores que en muchos casos solo empeoran su salud y fomentan su caída. Entre los más perjudiciales destacan, la radiación ultravioleta, el cloro de las piscinas, la sal del mar y la sudoración excesiva.
Para evitar este empeoramiento de la caída a causa de estos factores es conveniente adoptar diferentes precauciones como el uso de sombreros de ala ancha que permitan una buena ventilación del cuero cabelludo, protectores capilares con filtros UV, una correcta hidratación y una dieta equilibrada con un importante componente vitamínico y en minerales esenciales para el crecimiento del cabello.
En pacientes que tengan un injerto capilar reciente es necesario evitar la exposición directa al sol, así como reducir al máximo el contacto con el agua del mar o al agua que contenga cloro.