El pelaje de los perezosos, clave en el desarrollo de nuevos antibióticos

Los osos perezosos, aunque de oso solo tienen el nombre, son animales naturalmente solitarios, pero observando su pelaje, podría decirse que no están solos del todo. Estos curiosos animales tienen todo un ecosistema vivo formado por diferentes especies de algas, hongos, polillas e insectos que habitan entre las microgrietas que se forman en su lomo. Tras diferentes investigaciones realizadas sobre su pelaje, un nuevo estudio de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat) ha descubierto que estos animales, conocidos por su lentitud, podrían ayudar en la lucha contra enfermedades resistentes a los antibióticos, una amenaza cada vez más presente en el mundo.

“Es un ecosistema muy rico”, ha afirmado Max Chavarría Vargas, investigador participante en el estudio y experto en biotecnología microbiana. “Nuestra hipótesis, cuando quisimos hacer este estudio, fue que un ambiente tan complejo requiere también de sistemas complejos que lo regulen. Por ejemplo, si había hongos, queríamos ver cómo era posible que esos hongos no se descontrolaran y dañaran al animal”.  

Por ello, los investigadores, tras analizar como el ecosistema que habitaba en el animal no le enfermaba, confirmaron que en el pelaje de los perezosos habitaban bacterias con la capacidad de producir antibióticos, ya que estas eran las causantes de mantener controlados a los organismos patógenos que podrían causar daño al animal. 

La investigación se desarrolló en colaboración con la naturalista Judith Arroyo, quien es la propietaria del Santuario de Perezosos de Costa Rica. Tomaron muestras del pelo de estos mamíferos y los analizaron. Posteriormente, se usaron técnicas de aislamiento y secuenciación genética para “ponerle nombre y apellido a las bacterias que estaban viviendo ahí. Además, se demostró la capacidad de estas de producir antibióticos contra otras bacterias que podría ser una fuente de moléculas de interés biotecnológico o farmacéutico”.  

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia a los antibióticos, que se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos, es una de las mayores amenazas para la salud mundial. Ante esta situación, los investigadores sugieren que este estudio es un ambiente donde “vale la pena” analizar más en profundidad, ya que podría llegar a ser muy beneficiosa para el ser humano. “Este trabajo de ciencia básica establece los cimientos para nuevas líneas de investigación. Ahora hay que ver cómo son los antibióticos, si son novedosos y si pueden servir para tratar los problemas de salud humana”, concluye el investigador. 

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