Por Gema Puerto
6 de mayo de 2022Estar con los ojos abiertos toda la noche. Dar vueltas en la cama mientras suena el tic-tac del reloj. Levantarse y leer. Poner la tele. Cuando uno no puede dormir es un infierno. Un infierno que padecen entre el 6-12% de los ciudadanos europeos, según un estudio en la revista The Lancet Neurology.
El insomnio crónico es el resultado de una hiperactivación cerebral continuada en la que interviene la orexina, un neurotransmisor que promueve la vigilia e interviene en la transmisión del impulso nervioso.
La Comisión Europea ha otorgado la autorización de comercialización a Daridorexant (cuyo nombre comercial es QUVIVIQ®) para el tratamiento de pacientes adultos con insomnio crónico, caracterizado por una dificultad sostenida durante al menos tres meses para conciliar el sueño o mantenerlo.
El medicamento, en vez de inducir el sueño mediante una amplia inhibición de la actividad cerebral, bloquea únicamente la activación de los receptores de la orexina. Así, reduce el desencadenante de la vigilia y permite que se produzca el sueño, manteniendo intacta la estructura de éste en todas sus fases.
La dosis recomendada de Daridorexant es un comprimido de 50 mg por noche, por vía oral, administrado 30 minutos antes de acostarse. En algunos casos, como en el de los pacientes con insuficiencia hepática moderada o en aquellos que estén tomando inhibidores moderados de la CYP3A4, la dosis recomendada es de 25 mg por noche.
El doctor Diego García-Borreguero, especialista en Neurología y Psiquiatría, director médico internacional del Instituto de Investigaciones del Sueño y uno de los investigadores españoles del programa de ensayos con esta molécula, comenta que “Daridorexant marca un antes y un después en el tratamiento del insomnio crónico. En primer lugar, porque es el primer tratamiento que se aprueba en Europa y que está desarrollado específicamente para tratar el insomnio crónico, una enfermedad que afecta a una parte importante de la población y que, hasta ahora, carecía de un tratamiento adecuado. En segundo lugar, porque, además de mejorar los parámetros del sueño, mantiene intacta la capacidad funcional de la persona al día siguiente, reduciendo el impacto que tiene el insomnio sobre la calidad de vida. Por último, este medicamento cuenta con un mecanismo de acción radicalmente nuevo que ha probado no generar dependencia ni tolerancia en los ensayos clínicos, en los que se administró el fármaco durante 12 meses. Este aspecto es verdaderamente revolucionario, ya que los fármacos con los que contamos en la actualidad no permitían tratar adecuadamente los casos de insomnio crónico”.