Por Andrea Rivero
28 de julio de 2023Ozempic, el famoso tratamiento para la diabetes que se agotó de las farmacias por su efecto adelgazante, y que está siendo investigado desde hace unas semanas por su relación con pensamientos suicidas, vuelve a estar en el punto de mira, junto con Wegovy. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos está analizando varios informes de pacientes que han sufrido otro efecto secundario grave, la gastroparesia o parálisis del estómago.
La CNN se ha hecho eco de la situación de varias personas que tomaban alguno de estos medicamentos y que han desarrollado gastroparesia. "Este medicamento convirtió mi vida en un infierno. Un infierno. Me ha costado dinero. Me ha costado mucho estrés, días y noches y viajes con mi familia. Me ha costado mucho, y no merece la pena. El precio es demasiado alto". Esta es una de las declaraciones que ha realizado a la CNN Joanie Knight, una de las personas afectadas. Pero Knight no es la única que ha querido dar su testimonio. Brenda Allen declaraba que, “incluso ahora, que hace un año que dejé de tomar el medicamento Wegovy, sigo con muchos problemas". Y así varias personas más, como Emily Wright, que comenzó a usar Ozempic en 2018, perdiendo en un solo año 36 kilos, pero que desde entonces vomita muy frecuentemente como consecuencia de su uso.
Todas estas personas sufren de gastroparesia, también llamada retraso del vaciamiento del estómago. Es un trastorno que retrasa o detiene el movimiento espontáneo normal de los músculos del estómago, impidiendo que los alimentos pasen de este al intestino delgado y que el estómago se vacíe. Los síntomas más comunes son sentirse lleno poco después de comenzar a comer y mantener esta sensación mucho tiempo después de haber ingerido alimentos, interfiriendo en la digestión y provocando náuseas y vómitos.
Ozempic y Wegovy tienen en común su componente principal, la semaglutida. Estos fármacos y otros de la misma familia actúan imitando una hormona que el organismo produce de manera natural, la GLP-1, y que entre sus funciones está la de desacelerar el paso de los alimentos por el estómago haciendo que la persona se sienta saciada más tiempo.
El uso de estos medicamentos está preocupando a los médicos de Estados Unidos que se están encontrando casos complejos. La Sociedad Estadounidense de Anestesiólogos ha advertido que los pacientes que toman estos fármacos deben dejarlos una semana antes de someterse a una cirugía, ya que a pesar de hacer el ayuno preoperatorio que se exige antes de entrar a quirófano, entran con sus estómagos llenos. No hacerlo incrementa el riesgo de que las personas regurgiten los alimentos durante la operación, lo que puede provocar que los alimentos y el ácido estomacal entren en los pulmones.
Por el momento, la FDA sigue estudiando los casos y todavía no ha elaborado un informe determinante.