Por Clara Arrabal
6 de junio de 2025Los directores médicos de toda España se dieron cita el pasado 5 de junio en ThinkMed, una jornada organizada por Medicina Responsable y AstraZeneca en Madrid con el objetivo de analizar la actualidad, los retos y las problemáticas a las que hacen frente cientos de directores médicos en nuestro país. Bajo el lema “El futuro de la dirección médica”, la jornada fue un punto de encuentro para compartir prácticas, propuestas de mejora, hacer sinergias y evaluar la capacidad de transformación del Sistema Nacional de Salud a través de estos profesionales.
“Debemos ser disruptivos para indagar en las nuevas necesidades de los pacientes. Somos nosotros los que tenemos que tomar la iniciativa”, comentó María Teresa Requena, directora médica del Hospital Universitario Severo Ochoa. En esta misma línea, Mónica Ballester, directora médica del Hospital Universitario de Mataró añadió que “lo tenemos que hacer de la mano de los profesionales y de los pacientes. El objetivo es aportar valor al sistema, pero contando con ellos y sin ser déspotas: todo para el paciente, pero con el paciente”.
Durante el evento, conducido por la periodista, analista y escritora Mari Pau Domínguez; y Ernesto Sáenz de Buruaga, presidente de Medicina Responsable, Jesús Corredor Molina, responsable de acceso al mercado de AstraZeneca, recordó que “la innovación está bien, pero hay que hacerlo de manera sostenible. En AstraZeneca nos apoyamos en tres pilares: que todo el mundo tenga acceso a los cuidados básicos, la apuesta por ser emisiones negativas y la ética y transparencia".
La primera de las cuatro mesas redondas con la que contó la jornada analizó el papel de estos marcadores como creadores de valor. “Hay bastantes indicadores, pero son difíciles de gestionar y sintetizar, lo que se ha convertido en un mal endémico”, afirmó Miguel Cuchí Alfaro, director médico y de innovación del Hospital Universitario Puerta del Hierro. En este contexto, Mónica Ballester, opta por priorizar los que garanticen una mejor experiencia al paciente: “Nos piden mucha actividad, pero pocas veces nos planteamos si lo que hacemos aporta algún valor a los pacientes”.
En el caso de Cataluña, un 43% de estos indicadores no tienen relación con resultados en salud y, como explicó Javier Ventosa Rial, algunos son poco participativos o están determinados por la injerencia política. Sin embargo, el director ha puso en valor que “han servido como punto de partida para hacer estudios de eficiencia y sostenibilidad”, así como para favorecer una cultura de registro y del dato que “nos permite compararnos entre diferentes organizaciones y poner en marcha nuevos programas y planes de actuación”.
Además, los ponentes subrayaron la importancia de incorporar nuevos indicadores que se centren en la sostenibilidad y en las nuevas tecnologías, así como aprovechar la cultura, sensibilidad y valores de las generaciones nuevas de médicos. “Debemos tender a la automatización de los procesos para salvar el problema de la digitalización”, exponía Miguel Chuchí Alfaro.
Además de analizar los desafíos, esta jornada sirvió para poner el foco en algunos casos españoles de éxito, cuyas claves han residido en contar con los pacientes y profesionales como motor de cambio. En este sentido, María José Abadías Medrano, directora asistencial del Hospital Vall d´Hebrón, apuesta por que su implicación se incorpore a los acuerdos de gestión. “Mientras que nuestros sistemas de salud nos sigan pagando por actividad, los directores nos enfocaremos en ello. Sin embargo, si corrieran algún riesgo al no incorporarse su voz, el cambio sería efectivo”, apuntó.
Francisco José Guerrero, director médico del Hospital Clínico Universitario San Cecilio, explicó el caso de éxito de su propio hospital. “Adoptamos un nuevo método con el que conseguimos que todas las recetas pudieran visualizarse en el mismo registro, para que el médico de familia acceda al historial de los medicamentos hospitalarios”. Por su parte, Luis González Bonet, director médico del Hospital General de Castellón, expuso cómo se ha transformado el proceso de donación de órganos en su hospital a través de cinco pilares: “Un equipo humano muy bien compenetrado, la implicación de todo el hospital y de la sociedad, el apoyo de la tecnología y la importancia de analizar los datos”.
La innovación terapéutica ha sido la piedra angular de la tercera mesa, basándose en un enfoque global de ésta. “Innovar no son solo tratamientos nuevos, es lo que nos aporte eficacia, seguridad clínica y que dé nuevos usos terapéuticos a fármacos que ya existen”, explicó Carmen Segura Sánchez, directora médica del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. Además, los ponentes de esta mesa hicieron han hincapié en la necesidad de salvar las barreras económicas que limitan este desarrollo, fomentar la autonomía en la toma de decisiones y contar con todos los agentes, como las asociaciones de pacientes, agencias reguladoras o profesionales como biólogos o ingenieros biomédicos.
Pero, “¿Cómo garantizamos la equidad de la innovación terapéutica?”, preguntaba a los allí presentes Marta Palop, directora médica del Hospital de Sagunto. “Creo que sería interesante descentralizar los ensayos clínicos hacia la atención primaria y los hospitales comarcales”, respondía Ramón Herrería, director médico del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Sin embargo, para Rafael Martínez Hernández, director médico del Hospital Universitario Ramón y Cajal, esta medida puede tener inconvenientes: “En la práctica, hay barreras. El paciente no puede acceder al mismo tratamiento, por lo que hay que ver cómo somos capaces de compensar esto”.
Carmen Segura añadió algunas soluciones a este desafío como la creación de redes corporativas para compartir recursos, el impulso de la movilidad de los pacientes, la digitalización y la telemedicina, el fomento de la investigación en territorios menos favorecidos y las políticas de participación ciudadana.
La última de las mesas de debate se centró en analizar los principales problemas de la figura del director médico, así como a evaluar los retos y las soluciones que enfrentará en un futuro. “Me preocupa que mi provincia tiene una población muy envejecida y, en poco tiempo, más del 30% tendrá 60 años. De hecho, ahora hay al menos 30 personas de más de 95 años ingresadas”, afirmó Elena Bollo De Miguel, directora médica del Hospital Universitario de León. Ante esta nueva realidad, Bollo de Miguel abogó por afrontar la cronicidad de las enfermedades en un contexto de déficit de profesionales, “generado por la falta de motivación y de estrategias de captación”.
Esta última mesa también abordó temas como la innovación tecnológica, las terapias digitales, la interoperabilidad entre la sanidad pública y la privada o sobre la vocación médica en un debate que involucró a toda la sala. “Faltan campañas para devolver el valor del médico, la motivación y la vocación”, afirmaba Luis González Bonet. En este sentido, Marta Palop sentenciaba: “Toda vocación se soluciona con dinero, por eso la gente que se coge media jornada para hacerse cargo de sus hijos se va a la sanidad privada. Tenemos que cuidar nuestra profesión y garantizar a los nuestros las mejores condiciones para que, así, los pacientes también salgan beneficiados”.