Por Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable
25 de octubre de 2024El 45º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna, celebrado en Gran Canaria, sirvió como escenario para explorar las aplicaciones prácticas de las terapias digitales en Medicina Interna. Durante una mesa redonda dedicada a este tema, los expertos analizaron cómo estas herramientas están mejorando la adherencia a los tratamientos, facilitando el seguimiento de pacientes crónicos y optimizando la gestión de enfermedades complejas.
Y es que las terapias digitales están revolucionando la forma en que entendemos y abordamos la salud. Básicamente podrían definirse como aplicaciones, plataformas o dispositivos que utilizan tecnologías de la información y la comunicación para prevenir, gestionar o tratar enfermedades. Estas herramientas pueden incluir desde simples aplicaciones móviles hasta sistemas más complejos que combinan sensores, algoritmos de inteligencia artificial y realidad virtual.
Las ventajas de las terapias digitales van desde el acceso a la salud, más allá de las barreras geográficas, hasta la personalización de los tratamientos, pasando por una mayor adherencia al tratamiento, el empoderamiento de los pacientes o la generación de datos valiosos para la investigación.
Gracias a las terapias digitales los pacientes pueden acceder a tratamientos desde la comodidad de sus hogares, sin necesidad de desplazamientos, pudiendo llegar a poblaciones que viven en zonas remotas o con escasos recursos sanitarios. Los algoritmos pueden analizar los datos de cada paciente y ajustar el tratamiento en tiempo real. Al personalizar el tratamiento, se aumenta la probabilidad de éxito y se reducen los efectos secundarios.
La incorporación de elementos lúdicos y motivacionales aumenta la adherencia a los tratamientos, al tiempo que permiten un seguimiento constante del progreso del paciente, lo que facilita la identificación temprana de posibles problemas.
Los pacientes tienen acceso a información relevante sobre su enfermedad y pueden participar activamente en la gestión de su salud. Al tomar las riendas de su tratamiento, los pacientes se sienten más motivados y comprometidos.
Por último, los datos recopilados a través de las terapias digitales pueden utilizarse para desarrollar nuevos tratamientos y mejorar los existentes. Y es que las terapias digitales permiten estudiar la evolución de las enfermedades de una forma más detallada y precisa.
Las terapias digitales tienen un amplio abanico de aplicaciones en diferentes áreas de la salud: enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, enfermedades respiratorias…), salud mental (depresión, ansiedad, trastornos del sueño…), rehabilitación (fisioterapia, terapia ocupacional) o gestión del dolor (dolor postoperatorio, dolor crónico).
A pesar de sus múltiples beneficios, las terapias digitales también presentan algunos desafíos, como la necesidad de garantizar la seguridad y privacidad de los datos, la integración con los sistemas de salud existentes la formación de los profesionales sanitarios en este campo.
En cualquier caso, el futuro de las terapias digitales es prometedor. A medida que la tecnología avance y se generen más evidencias científicas sobre su eficacia, estas herramientas se convertirán en una parte integral de la atención sanitaria.