Por Santiago Melo
3 de junio de 2025La transformación del sistema sanitario pasa por dejar de centrarse únicamente en lo asistencial para priorizar la prevención y la promoción de la salud. Así lo defendieron los responsables del Servicio Murciano de Salud en la mesa redonda “Horizonte de la salud: retos a enfrentar”, durante la jornada Health Goals, organizada por Medicina Responsable en colaboración con Astellas Pharma y Air Liquide.
Isabel Ayala, gerente del Servicio Murciano de Salud, repasó los principales ejes estratégicos de su gestión: reducir las listas de espera -con un plan de choque dotado con más de 50 millones de euros-, paliar el déficit de profesionales con récord de plazas de Formación Sanitaria Especializada y contratos fidelizadores, y avanzar en sostenibilidad tanto desde el punto de vista económico como medioambiental. Ayala ha destacado el trabajo de la Consejería para reducir las listas de espera y colocarlas por debajo de la media en España en cirugías y consultas con especialistas. Otro aspecto prioritario para su departamento ha sido el establecimiento de incentivos laborales para los profesionales que ocupen las denominadas plazas de difícil cobertura. Así, a través de una flexibilización de los horarios y ventajas para estos puestos como un acceso más temprano a complementos retributivos, Ayala ha destacado el compromiso con garantizar la atención sanitaria en zonas rurales, donde muchos profesionales ven menos atractivos para ejercer la medicina.
La gerente reconoció, no obstante, que la escasa financiación que recibe la región de Murcia limita su capacidad de respuesta, especialmente en recursos humanos y en la incorporación de nuevos perfiles profesionales. “La brecha digital y el aumento de agresiones a los sanitarios son problemas que debemos abordar sin perder nunca de vista la humanización de la atención”, subrayó.
José Jesús Guillén, director general de Salud Pública, alertó sobre la necesidad urgente de “cambiar el enfoque del sistema sanitario” y priorizar la promoción de la salud sobre la medicalización de la sociedad. “La salud pública es la que a veces incomoda porque te dice que no fumes o no bebas, pero es esencial para reducir inequidades”, explicó.
En esta línea, Guillén destacó la importancia de empoderar a los ciudadanos para que tomen decisiones saludables, especialmente en contextos de vulnerabilidad, y defendió aumentar la inversión pública en este ámbito, que apenas representa entre el 1,1% y el 2% del gasto sanitario total. También puso en valor los avances logrados en vacunación escolar y en el registro de cáncer, uno de los más completos de España.
La directora general de Salud Mental, María José Lozano, subrayó que el modelo actual debe evolucionar hacia una atención más humana y especializada. “Venimos de estructuras propias de hospitales psiquiátricos. Hay que desarrollarlo y habilitar espacios humanizados donde estos pacientes puedan estar de manera digna”, afirmó.
Entre los retos prioritarios, destacó la necesidad de reorientar los servicios para ofrecer una respuesta eficaz a los problemas leves de salud mental sin dejar desatendidos los trastornos graves. Para ello, se han puesto en marcha grupos de apoyo emocional y se está reforzando la atención a la infancia y la adolescencia, con la ampliación prevista de la única unidad de hospitalización específica en la región.
Lozano también defendió avanzar en prevención y promoción de hábitos saludables, así como en la lucha contra el estigma: “No se trata solo de tratar enfermedades, sino de mejorar el bienestar emocional de la población”. Además, se está trabajando en programas de acompañamiento a familiares de personas con ideación o conducta suicida y en estrategias para prevenir adicciones entre los jóvenes.
Por último, reivindicó una mayor inversión en salud mental, acorde al peso creciente de estos problemas en la sociedad: “En 2023, los trastornos de salud mental costaron 60.000 millones de euros a España. Necesitamos mayor concienciación y más recursos”, concluyó.