Por Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable
29 de abril de 2024En estos momentos el ictus representa la primera causa de mortalidad y discapacidad en nuestro país. Se estima que cada año sufren esta patología unos 650.000 europeos y, aproximadamente, unos 40.000 españoles.
El Plan de Acción Europeo de ictus (2018-2030) ha fijado cuatro objetivos: disminuir el número de casos en un 10%, que el 90% de los pacientes ingresen en una unidad especializada en esta patología, disminuir los factores de riesgo ambientales, socioeconómicos y educativos y, por último, pero no por ello menos importante, elaborar planes que protejan toda la cadena.
Cuando hablamos de ictus el “tiempo es cerebro” y esto lo saben muy bien todos los que se dedican al diagnóstico y tratamiento de estos pacientes. Por eso en las últimas décadas hemos asistido a innovaciones en el tratamiento agudo de la enfermedad, desde la fribinolisis hasta la trombectomía, pasando por las unidades de ictus o el alumbramiento del teleictus, que han reducido de forma considerable la mortalidad asociada a esta enfermedad.
Pero todo esto no es suficiente, el gran caballo de batalla en estos momentos sigue siendo la discapacidad, a pesar de que disponemos de un arma terapéutica poderosa, la neurorrehabilitación. En este campo quedan muchas incógnitas por responder, desde a quién se debe realizar, en qué momento comenzar y durante cuánto tiempo se debe mantener. Muchas incógnitas, demasiadas, y que tienen una última derivada en la calidad de vida de los pacientes: dos de cada tres pacientes que sobreviven a un ictus tienen algún tipo de secuelas. Un dato que remueve nuestras conciencias y estremece el alma.
La inteligencia artificial se ha convertido en otro actor importante, con ella podremos combatir algunas de las fallas de esta terrible patología, tanto en la fase aguda (detección más precoz mediante técnicas de reconocimiento facial o grado de paresia) como en la fase de recuperación (seguimiento de pacientes mediante chatbot).
Todo esto se trató en la jornada Lunch & Connect, un encuentro organizado por Medicina Responsable, con el apoyo de Neuron, en el que expertos en rehabilitar a personas que han sufrido daño cerebral adquirido o lesión medular hablaron alrededor del Código Ictus.
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