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García de Vinuesa: “Hoy celebramos la inmunología, un campo que ha cambiado la historia de la medicina”

Para la galardonada, este premio es “una celebración de la Medicina y de la Ciencia, y un reflejo de que, como sociedad, valoramos el conocimiento, la creatividad y el rigor”

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Por Nuria Cordón

2 de octubre de 2025

“Este premio no celebra solo mi trayectoria, porque este camino no lo he recorrido sola”. Con estas palabras se ha dirigido la inmunóloga Carola García de Vinuesa, I Premio Nacional de Medicina Marqués de Valdecilla, a los asistentes que han acudido al acto institucional de entrega del galardón en el Palacio de Festivales de Cantabria, en Santander. Y es que, según la premiada, que ha recogido el galardón de la mano de Mª José Sáenz de Buruaga, presidenta del Gobierno de Cantabria, a lo largo de su amplia trayectoria, ha contado “con equipos brillantes de médicos y científicos que han dedicado años de dedicación, pasión y talento. Y con colaboraciones internacionales, algunas claves, con médicos españoles, que han enriquecido muchos proyectos”. 

Con un profundo agradecimiento a la Fundación Marqués de Valdecilla, impulsora del premio, al jurado y, especialmente, al doctor Marcos López de Hoyos, por su nominación, la doctora se ha sentido emocionada por ser un premio “que proviene de mi país, del que me siento muy cerca y orgullosa”. 

Este premio, según García de Vinuesa, es, sobre todo, “una celebración de la Medicina y de la Ciencia, y es un reflejo de que, como sociedad, valoramos el conocimiento, la creatividad, el rigor y también el sacrificio que requiere investigar y cuidar de los demás”. Para la inmunóloga, “la creación de un premio nacional de medicina es, en sí misma, una afirmación esencial en estos tiempos en los que los fundamentos de nuestro conocimiento, especialmente en mi área, se ven amenazados por corrientes no basadas en ciencia rigurosa”. 

Una oda a la inmunología

De acuerdo con la premiada, este galardón es, además, especialmente valioso porque “hoy también celebramos la inmunología, un campo en el que destaca el Hospital Universitario Valdecilla y un campo que ha cambiado la historia de la medicina”. Según sus palabras, gracias a la inmunología “tenemos las vacunas, uno de los mayores logros de salud pública. Los esfuerzos de inmunización global contra 14 enfermedades han salvado más de 150 millones de vidas en los últimos 50 años, la mayoría niños menores de cinco años. Y en las últimas décadas, la inmunología ha revolucionado la oncología gracias a inmunoterapias que han aumentado exponencialmente la posibilidad de supervivencia en muchos tipos de cáncer”. 

Además, ha continuado, “hoy sabemos que el sistema inmune atraviesa todas las especialidades médicas. Está implicado en enfermedades de prácticamente todos los sistemas del cuerpo, incluso en trastornos que antes no sabíamos que tenían un componente inmunológico, como el Alzheimer, la esquizofrenia o la aterosclerosis”. Entre los avances más prometedores en inmunología, García de Vinuesa ha destacado las terapias celulares, en particular las células CAR-T, “que ya han transformado el tratamiento de los linfomas y ahora comienzan a mostrar resultados espectaculares en enfermedades autoinmunes, el área en la que trabajo”. Actualmente se reconocen más de 100 enfermedades autoinmunes que, hasta hace poco, no tenían cura, ha comentado. “Sin embargo, las células CAR-T dirigidas contra las células B, están logrando resultados clínicos extraordinarios en pacientes con lupus, miositis y esclerodermia. Nos encontramos en un punto de inflexión en la historia del tratamiento de estas enfermedades, y todo esto ha sido posible gracias a la investigación básica y al trabajo de los médicos investigadores que han sabido traducir estos avances del laboratorio a la práctica clínica”.

Mejorar la vida de las personas: la mayor satisfacción

Durante su intervención, García de Vinuesa ha querido mostrar una faceta mucho más personal y ha compartido con los asistentes experiencias vividas en determinados momentos de su vida profesional. “Me considero una persona muy afortunada. A lo largo de mi carrera he vivido momentos emocionantes y he trabajado en proyectos que me han dado una enorme satisfacción”. Entre ellos, ha destacado la gran oportunidad que ha tenido de poder “diseñar experimentos, poner a prueba hipótesis, enfrentarme a lo desconocido y desentrañar los mecanismos que causan las enfermedades autoinmunes, muchos de ellos ocultos en nuestros genes. Ha sido para mí una fuente constante de ilusión. La ciencia tiene algo de labor detectivesca: aunque hay tardes largas, años difíciles y muchas frustraciones, la recompensa de cada descubrimiento, por pequeño que sea, es indescriptible”.

Una de las cosas más gratificantes para la doctora es, según ha compartido con los asistentes, la “enorme suerte y satisfacción increíble de ver cómo nuestra actividad puede cambiar vidas y abrir nuevas esperanzas”. En este sentido, ha compartido dos casos muy especiales. Por un lado, el de Gabriela, una niña española diagnosticada con lupus a los siete años que, al secuenciar su genoma, “identificamos una mutación en el receptor TLR7. Al introducir esta mutación en un ratón, el animal desarrolló la enfermedad, lo que nos permitió demostrar que este gen y esta vía son causantes del lupus en humanos”. Emocionada, la inmunóloga ha compartido que la propia Gabriela llamó “Kika” al ratón, como su peluche favorito que la acompañaba en cada hospitalización. “Hoy, los ratones Kika están en laboratorios de todo el mundo, y los fármacos que bloquean TLR7 ya se encuentran en ensayos clínicos para el lupus. Conocer a Gabriela y a sus padres ha sido profundamente inspirador: nos recuerdan que detrás de cada dato y cada hallazgo científico hay una historia humana, una lucha concreta, y una esperanza real”.

El segundo caso compartido ha sido el de Kathleen Folbigg, en Australia, que pasó 20 años en prisión acusada de causar la muerte de sus hijos. Gracias al descubrimiento de una mutación en el gen CALM2, que codifica la calmodulina, la doctora pudo demostrar que sus hijas habían muerto de una arritmia cardiaca heredada. “Fueron cinco años de lucha, dos procesos judiciales, la colaboración de científicos de siete países y el respaldo de la Academia Australiana de Ciencia”, ha comentado. En Julio del 2023 fue liberada, y unos meses después exonerada. “Este caso demuestra queo la ciencia rigurosa puede transformar no solo la medicina, sino también la justicia y la vida de una persona”. 

España, a la vanguardia de la ciencia

“Hoy me gustaría destacar que nuestro país ocupa una posición de vanguardia a nivel mundial en diversos campos de la ciencia y la medicina”. De esta forma ha querido García de Vinuesa poner en valor la investigación en nuestro país. “La Fundación del Marqués de Valdecilla y el Gobierno de Cantabria, al crear este premio, valoran no solo la aportación de la medicina y la investigación al bienestar de la sociedad, sino también su impacto en la economía y en el prestigio internacional de España”. Para la premiada, en España contamos con centros de investigación médica de referencia en cáncer, biología molecular, enfermedades cardiovasculares, genómica, enfermedades raras. “Estamos desarrollando centros de excelencia que integran asistencia sanitaria de alta calidad, investigación puntera y formación de nuevas generaciones de profesionales”. En esta misma línea, ha continuado, están nuestros hospitales, que “están incorporando tecnologías emergentes como la inteligencia artificial en la práctica clínica. Aquí, el sistema de salud de Cantabria está haciendo una apuesta fuerte de salud digital en áreas como cardiología y atención primaria”. También ha destacado la excelente “colaboración entre instituciones públicas, empresas privadas y grupos de investigación, acelerando la traslación de los avances científicos a la práctica clínica”. 

Gracias a todo esto, ha continuado, “nuestro sistema de salud destaca por su capacidad para desarrollar ensayos clínicos de manera ágil y eficiente, convirtiendo la innovación en realidad clínica con rapidez y a gran escala. El propio Hospital Universitario Marqués de Valdecilla es líder en ensayos clínicos en el norte de España y referente en trasplantes. El Servicio de Salud de Cantabria es también un ejemplo de futuro con el proyecto ‘Cohorte de Cantabria’, pionero a nivel mundial, que seguirá la salud de 50.000 personas durante 20 años, integrando datos genómicos, clínicos y ambientales. Este ambicioso proyecto está construyendo desde Cantabria la medicina de precisión del mañana”.

Para concluir su intervención, la inmunóloga ha querido agradecer el premio a sus mentores y supervisores, “que me enseñaron con su ejemplo y me recordaron cada día que la ciencia se construye sobre los hombros de gigantes. Todo lo que he logrado lleva también su huella”. También ha querido hacer una mención especial a sus profesores de inmunología del hospital de la Princesa, “con gran aprecio y admiración a Manuel Ortiz de Landázuri, que ya no está con nosotros, y a Paco Sánchez Madrid. Es gracias a ellos, a su ejemplo y sus clases inspiradoras revelando la complejidad y magia del sistema inmune, por lo que me dediqué a la inmunología”. 

Y, por último, además de a varios colegas que confiaron en ella, “incluso antes de que yo misma lo hiciera”, la premiada ha querido agradecer el galardón a sus hijas, Kira y Carla, “que hoy me acompañan y han llenado y siguen llenando mi vida de alegría. Les agradezco su apoyo y paciencia. En casa, el chiste recurrente es imitar mi risa distraída cuando, absorta en mis pensamientos, me desconecto sin querer de lo que alguien me está diciendo. No creo que muchas niñas hayan pasado horas en aviones analizando genomas con su madre, ni que insistan en que se les explique un descubrimiento inmunológico durante la cena”.

Tampoco se ha olvidado de sus hermanos y amigos y, especialmente, de sus padres, “dándome las oportunidades que marcaron mi vida, y, muy especialmente a mi madre, que hoy también está aquí, y ha sido siempre mi mayor impulsora y referente: la voz al otro lado del teléfono para escucharme y animarme, y la persona capaz de subirse a un avión a Australia, China o Inglaterra sin dudarlo, cuando la necesitaba”.

“Queridos amigos”, ha concluido, “recibo este premio con gratitud, pero también con un profundo sentido de responsabilidad. Porque la mejor manera de honrarlo será seguir trabajando para que la ciencia siga transformando vidas”.



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