
Por Medicina Responsable
28 de octubre de 2025Con motivo del comienzo de los actos de celebración del 50º Aniversario del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, el vestíbulo principal del centro hospitalario ha sido el lugar elegido para el desarrollo de una representanción artística que nace del barro y de la música.
“Latidos de barro” ha sido la primera acción enmarcada en el programa del aniversario, que ha consistido en un concierto y una performance artística y pictórica, donde la humanización sanitaria toma forma corpórea en un acto que, además, supone el estreno del piano del CAUSA (Complejo Asistencial Universitario de Salamanca), conseguido gracias a la donación de una herencia por parte de un paciente anónimo. Un gesto que se traduce en humanización y en música; que resuena en paredes repletas de atención y de cuidados.
La directora gerente del CAUSA, Carmen Rodríguez Pajares, ha presentado el acto y ha dado paso a la acción artística; una actividad que ha sido llevada a cabo por María Trinidad Villarino Medina, maestra de Educación Infantil y Primaria, con especialidad en educación musical, pianista y musicoterapeuta, quien ha planteado un viaje sonoro en memoria de los 50 años vividos en el hospital; y Juan Sebastián González, artista, doctor en Bellas Artes, profesor e investigador de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, que ha realizado un acto performativo efímero en celebración de la vida en constante cambio, uniendo el alma vibrante de la tierra y la fragilidad de lo humano, con las notas musicales de las canciones archiconocidas de un repertorio que buscaba emocionar desde el recuerdo.
Con todo ello, lo que se ha creado es una obra de arte en base al barro y la tierra, hecha con materiales salidos de la obra de los edificios de consultas, donde se alzó el Hospital Clínico; fragmentos del ayer, de lo que fue y de lo que es. Tendiendo un puente entre lo humano y lo orgánico.
“Latidos de barro” es un viaje emocional que ha contado con la asistencia de usuarios, asociaciones de pacientes y profesionales, sobre lo vivido, entre los recuerdos, aprendizajes, curaciones y también pérdidas. Es una puerta sonora a la memoria colectiva de un lugar clave en Salamanca: su hospital.