
Por Juan García
12 de noviembre de 2025El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) ha ratificado recientemente la elección de Teresa Serrano como su nueva presidenta. Esta alumna de quinto año en la Universidad Autónoma de Madrid llega al cargo en un momento de ebullición del colectivo médico en el que el rechazo al Estatuto Marco ha servido para traer con renovado entusiasmo debates pendientes que atañen al futuro de la profesión y quienes la ejercerán el día de mañana.
La planificación del relevo generacional, la pugna por mejorar las condiciones laborales y la necesidad de adaptar las enseñanzas de Medicina al rápido avance científico y tecnológico, así como a la evolución del sistema sanitario, son los grandes asuntos que marcan la agenda médica y en los que los estudiantes tienen mucho que decir. Precisamente esa es una de las grandes ambiciones con las que llega Serrano a la presidencia del CEEM: dar mayor voz y peso al consejo a través del contacto con administraciones, colegios y sindicatos. Y, para muestra de ello, una de las primeras decisiones de la nueva dirección ha sido secundar la huelga médica prevista entre los días 9 y 12 de diciembre con un paro estudiantil al que llaman a sumarse a todas las facultades. En conversación con Medicina Responsable, Serrano repasa los asuntos de mayor calado en los que pretende cobrar protagonismo el Consejo, desde la distribución de las plazas formativas acorde a las necesidades del sistema, hasta el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones hacia el ejercicio de la medicina.
¿Con qué visión e intenciones afrontas la presidencia del CEEM?
Todo el equipo vamos en la misma dirección y nos queremos centrar en reivindicar el papel del estudiantado dentro de lo que es la profesión médica. Queremos trabajar muy de cerca con sindicatos médicos, con la OMC, con la conferencia de decanos y con instituciones para asentar ese papel. Creemos además que, con la situación que atraviesa ahora la profesión médica con la problemática del Estatuto Marco, es nuestro momento de actuar, por eso nos hemos sumado a la manifestación de este sábado y estamos intentando que acudan estudiantes de toda España. De cara a la huelga, animamos a todas las facultades de Medicina a convocar paros académicos.
¿Tenéis constancia ya de alguna adhesión o rechazo al paro por parte de las facultades, que son las que tienen la última palabra para convocar?
Tenemos contacto con bastantes facultades que están intentando convocarlo. El derecho a paro académico se recoge en la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario española), pero cada universidad lo regula de una manera y hay muchas que todavía no lo tienen regulado. Lo convocamos con tiempo también para ayudar a que se unieran y sabemos que bastantes lo están estudiando. Pero todavía no tenemos constancia de ninguna adhesión en concreto.
¿Cómo veis desde el Consejo esta propuesta de Estatuto Marco? ¿Cuáles son los aspectos más conflictivos para vosotros de esta norma y dónde se debería poner el foco al abordarla?
En marzo hicimos un manifiesto para dar difusión a una encuesta en la que encontramos una respuesta muy tajante de los estudiantes en contra de las propuestas que se filtraron en su momento, como la incapacidad para que los jefes de servicio compatibilicen su puesto en la sanidad pública con otro trabajo en la privada, al igual que los cinco primeros años tras la residencia. Ya de antes entendíamos que las guardias de 24 horas debían reducirse a un máximo de 12.
¿Cómo de concienciados y movilizados están los estudiantes sobre estos temas?
Están movilizándose mucho para intentar tener mejores condiciones en su futuro porque al final haciendo prácticas y hablando con residentes y con adjuntos uno ve las condiciones a las que están sometidos. Creo que está habiendo bastante reivindicación en ese sentido ya desde los primeros años de carrera para unirse a los profesionales en sus reclamaciones.
Hablando del relevo generacional, el estudio de demografía médica de la Organización Médica Colegial concluye que hay profesionales suficientes, pero fallan las condiciones para atraerlos. Además, el crecimiento en las plazas universitarias, sobre todo las privadas, muestra un desequilibrio en la planificación de ese relevo, ¿cómo contemplais este escenario?
Sin duda en el estudio quedó patente que había un gran desajuste entre la planificación a la hora de ofrecer plazas de formación sanitaria especializada y la necesidad de reposición de algunas especialidades. Nuestra posición desde el Consejo es que tiene que haber una mayor planificación y se tiene que hacer un registro de calidad entre los profesionales en activo, cuáles están colegiados. Tiene que estar más estudiado y planificado para que no haya propuestas a corto plazo, sino que se mire también al futuro. Respecto a las facultades de Medicina defendemos, ante la tónica en los últimos años de abrir nuevas facultades, que las plazas de nueva creación de esa facultad solo se den si se corresponden con un aumento a largo plazo de las plazas MIR. Que haya cierta correlación entre las plazas y los números clausus y que se determinen también en función de las necesidades del Sistema Nacional de Salud. Hay una proporción desigual e incorrecta entre plazas de grado de medicina públicas y privadas, por lo que deberían aumentarse las públicas. Además, defendemos que la EVAU sea igual para todas las facultades para que no sea más fácil acceder a la privada si uno se lo puede permitir.
¿Qué reformas veis necesarias para el grado de medicina y el sistema MIR?
Respecto al grado defendemos una metodología basada en la evidencia y reivindicamos el papel de las prácticas. Que haya acumulación y el sexto curso sea exclusivo para el rotatorio y también que aumente la docencia en especialidades que no están tan presentes en los planes de estudio, como la Medicina de Familia o cuidados paliativos. Abogamos por un sistema mucho más homogéneo entre facultades y que favorezca la práctica y el estar en contacto con las unidades docentes.
Se habla mucho sobre las nuevas generaciones de médicos, muchas veces en vuestro nombre, ¿os sentís escuchados? ¿Cómo veis los planteamientos que se hacen sobre el cambio de mentalidad hacia el trabajo o la mayor importancia que dan los jóvenes a la conciliación?
Creo que los estudiantes, no solo los de medicina sino en todos los ámbitos, intentan buscar un trabajo que puedan compaginar con otras facetas de su vida. Hemos venido históricamente de un modelo en el que el médico estaba mucho más dedicado a su trabajo. Ahora el trabajo ha dejado de ser la única prioridad en la vida de una persona y en ese sentido la medicina es una profesión que requiere de mucha vocación porque es muy sacrificada. Hay aspectos de la profesión que dificultan compaginarla con la vida familiar, por ejemplo, el tener que hacer guardias de 24 horas dificulta la maternidad u otros aspectos. Como el resto de profesiones, creo que los médicos están intentando conseguir mejores condiciones por que al final, en una guardia un médico ve pasar varios turnos de otros profesionales. ¿Te montarías en un avión sabiendo que el piloto lleva 24 horas trabajando? Ningún paciente que va a urgencias quiere que le opere un cirujano que lleva desde las 8 de la mañana del día anterior.
¿Qué valor crees que pueden aportar las nuevas generaciones de médicos respecto a sus predecesores?
Estamos pasando de un método donde se prima mucho la memorística. Ahora mismo entras en internet y tienes acceso a una cantidad inmensa de información, frente al difícil acceso que había antes a determinados conocimientos. Yo creo que las nuevas generaciones aportan esa capacidad de saber seleccionar, dónde buscar y detectar la veracidad de la información. También, por ejemplo, integrar la inteligencia artificial en la práctica clínica.