Por Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable
26 de febrero de 2025A través de las páginas de "El lazarillo de Tormes", referente de la literatura española, encontramos un retrato detallado de enfermedades, tratamientos y prácticas médicas que reflejan tanto el conocimiento científico como las creencias populares de la época.
La obra documenta patologías características del período: desde la ceguera del primer amo hasta las bubas (sífilis), pasando por la desnutrición crónica y diversas dolencias relacionadas con la pobreza. Las descripciones de síntomas y manifestaciones clínicas son notablemente precisas, sugiriendo un profundo conocimiento del autor sobre la medicina de su tiempo.
El texto también ilustra la estructura sanitaria de la época: curanderos, charlatanes y una medicina oficial basada en la teoría de los humores. Las referencias a tratamientos, tanto efectivos como fraudulentos, proporcionan una ventana única a la práctica médica renacentista.
La ceguera del primer amo presenta características compatibles con varias patologías de la época. Su capacidad para detectar el vino por el sonido y su agudo sentido del oído sugiere una ceguera adquirida más que congénita, posiblemente debido a tracoma o cataratas avanzadas, enfermedades muy comunes aquella época.
La desnutrición es un tema recurrente a lo largo de todo el libro. Lázaro sufre hambre crónica, especialmente con el clérigo de Maqueda, lo que se manifiesta en síntomas como debilidad, mareos y obsesión por la comida. El texto describe claramente signos de desnutrición severa: hundimiento de mejillas, pérdida de peso y fatiga.
Con el escudero se observa el impacto de la desnutrición en la clase hidalga, su ayuno forzado mientras mantiene las apariencias ilustradas y el concepto médico de “hambre oculta”, donde el estatus social enmascara la desnutrición.
Las condiciones higiénicas descritas explican la prevalencia de enfermedades gastrointestinales y parasitarias. La descripción de los alimentos en mal estado y las condiciones de vida insalubres ilustra el contexto epidemiológico de la época.
Además, la obra retrata diversas enfermedades infecciosas. Las referencias a bubas son frecuentes, especialmente en el episodio del buldero. El texto refleja el estigma social asociado a la sífilis, considerado un castigo divino, por eso el buldero aprovecha este temor para vender falsas indulgencias, ilustrando la charlatanería médica de la época. La prevalencia de bubas en la obra refleja la epidemia sifilítica que azotó Europa tras el descubrimiento de América. Además, el texto evidencia que la enfermedad afectaba a todas las clases sociales.
Las heridas y traumatismos también son frecuentes. El episodio del jarrazo que el ciego propina a Lázaro describe con precisión un traumatismo craneoencefálico: pérdida momentánea de conciencia, desorientación y probable conmoción cerebral.
Aparece una descripción de lo que podría interpretarse como una crisis epiléptica durante el episodio del buldero. La escena nos muestra una presunta convulsión fingida con propósitos fraudulentos, pero proporciona detalles médicamente precisos: pérdida súbita de conciencia, convulsiones tónico-clónicas, espuma por la boca, rigidez muscular y recuperación gradual poscrisis. Esto sugiere que las manifestaciones de la enfermedad eran bien conocidas en la sociedad del siglo XVI permitiendo su imitación convincente para el engaño.
El capítulo refleja, así mismo, el conocimiento médico de la época sobre la epilepsia, al ser considerada una enfermedad de origen sobrenatural, asociada con posesiones demoniacas y de la que no existen tratamientos efectivos. El autor documenta de forma brillante las reacciones sociales ante las crisis epilépticas: terror entre los presentes, interpretación religiosa del evento y estigmatización de los afectados.
Además, la novela recoge algunas de las prácticas médicas de la época, como el uso de ungüentos y aceites para curar heridas y el papel de los curanderos y charlatanes en la medicina popular. Por último, proporciona evidencia histórica sobre determinantes sociales de la salud en la España del XVI: pobreza, desigualdad, falta de acceso a atención médica y el impacto de la clase social en la salud.