El uso de láser y dispositivos de energía demuestran su efectividad contra la rosácea

Las últimas investigaciones sobre la rosácea están provocando un cambio en el abordaje y el tratamiento de esta enfermedad dermatológica. Si anteriormente se pensaba que la rosácea era principalmente una patología inflamatoria de las glándulas sebáceas, “ahora se cree que detrás de la rosácea también hay un espectro de distintas patologías (hiperreactividad vascular, fenómenos autoinmunes, etc.). Incluso las disbiosis en la flora intestinal tendrían que ver con la rosácea, ya que tratamientos con probióticos han demostrado una mejora en los síntomas de la enfermedad”, explica el doctor Miguel Sánchez Viera, director y dermatólogo del Instituto de Dermatología Integral (IDEI). 

Estos nuevos descubrimientos están modificando el tratamiento de la rosácea. Productos como el láser y otros dispositivos de energía están demostrando una gran eficacia contra la enfermedad. “El Láser Colorante Pulsado, KTP, Láser Amarillo, la IPL (Luz Pulsada Intensa) y la Terapia de Fluorescencia consiguen excelentes resultados sobre el enrojecimiento, la disminución de los capilares superficiales dilatados y telangiectasias, la mejora de la microvascularización e, incluso, estimulan los mecanismos naturales de reparación de la piel. Además, han mostrado que actúan sobre los episodios de flushing (enrojecimientos repentinos del rostro)”, añade el doctor Sánchez Viera.

Hay datos que atribuyen un rol terapéutico a nuevos fármacos como los neuromoduladores, los cuales han demostrado una mejoría en episodios de rubor facial transitorio (RFT). En definitiva, la combinación de todas estas terapias físicas junto con tratamientos tópicos y orales han mejorado significativamente los síntomas de la rosácea y han mejorado la calidad de vida de los pacientes. 

Sintomatología principal

Atendiendo a los datos de la Sociedad Española de Medicina Interna (FESEMI), la rosácea afecta al 10% de los españoles. Es decir, más de 4,8 millones de personas. Sin embargo, solo el 1% está diagnosticado por un dermatólogo. “Es una enfermedad desconocida por la población. La tirantez, quemazón y sequedad propios de la enfermedad no son causa de consulta en muchos casos y suelen ser tratados por el propio paciente o en salones de belleza”, señala el doctor Sánchez Viera. 

Entre los principales factores que provocan la rosácea se encuentran la genética y los factores ambientales. Por un lado, la rosácea afecta primordialmente a la piel caucásica y a los fototipos claros. Además, ataca tres veces más a mujeres que a hombres. Por otro lado, la piel que ha sufrido una mayor exposición al sol, consumido sustancias como alcohol, cafeína y picante es más propensa a padecer la enfermedad. “Aunque es una patología crónica, no es grave, pero los pacientes sienten una merma en su calidad de vida. Todavía, debido al desconocimiento de la enfermedad, se asocia tener arañas vasculares en el rostro con personas que beben y con falta de higiene, lo que afecta a sus interacciones laborales y sociales. Por este motivo, es fundamental que se hagan campañas de divulgación sobre esta enfermedad y que se dé a conocer que estos síntomas son causados por una enfermedad, al igual que ocurre con otras enfermedades dermatológicas como la psoriasis o el vitíligo” concluye el doctor Miguel Sánchez Viera.   

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