Por Gema Puerto
11 de enero de 2023La enfermedad de Alzheimer destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, impide realizar tareas más sencillas. Quien la sufre, más de 800.000 personas en España, experimenta cambios en la conducta y la personalidad; deja de recordar a sus seres queridos y su vida se convierte en una nebulosa de la que ya no se sale.
Actualmente no existe un tratamiento definitivo frente al Alzhéimer, por eso es muy importante para los médicos su diagnóstico precoz, para aumentar las posibilidades de ralentizar el curso de la enfermedad con medicación. Y ese diagnóstico ahora podría obtenerse con una simple muestra de sangre en las consultas de los médicos de Atención Primaria. Investigadores de la Universidad Karolinska Institutet de Suecia, en colaboración con el Hospital Universitario Landspitali de Islandia, la Universidad de Gotemburgo y el University College London, en Gran Bretaña, han desarrollado una prueba de sangre capaz de identificar una proteína, denominada GFAP, que puede servir de marcador de la enfermedad en su etapa más temprana, según recogen los autores en el artículo publicado en la revista Brain.
En el estudio los investigadores analizaron 164 muestras de plasma sanguíneo de 33 portadores de mutaciones y 42 familiares sin la predisposición a causar la enfermedad. La recolección de datos se llevó a cabo entre 1994 y 2018. El objetivo era explorar el rendimiento de los biomarcadores plasmáticos de los portadores de la enfermedad de Alzheimer autosómica dominante (una demencia progresiva con reducción de las funciones cognitivas que presenta el mismo fenotipo que la enfermedad de Alzheimer esporádica, pero tiene una edad de aparición precoz, habitualmente antes de los 60 años) frente a otro grupo de personas que no eran portadores de esta enfermedad.
Los resultados mostraron cambios claros en los portadores de mutaciones en cuanto a la presencia de varias proteínas diferentes en la sangre.
El primer cambio que se notó fue un aumento de GFAP (proteína ácida fibrilar glial) unos 10 años antes de los primeros síntomas de la enfermedad. Le siguió un aumento en los niveles de P-tau181 (proteínas que causan la enfermedad de Alzheimer) y más tarde de NFL (proteína ligera de neurofilamento), que tiene una correlación directa con la extensión del daño de las células nerviosas en la enfermedad de Alzheimer. El hallazgo de GFAP mejora la posibilidad de un diagnóstico precoz, afirma Caroline Graff, profesora del Departamento de Neurobiología, Ciencias de la Salud y Sociedad del Instituto Karolinska y última autora del estudio.