Por Eva Abajo
30 de mayo de 2023El alzhéimer es una enfermedad que afecta a 47 millones de personas en todo el mundo. Sólo en España hay más de 800.000 personas diagnosticadas, con una prevalencia superior en mujeres mayores de sesenta años.
De acuerdo con el doctor Juan Fortea, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el alzhéimer deriva en el deterioro cognitivo irreversible de la persona que lo sufre, reduciendo de forma drástica su calidad de vida. “Es una enfermedad que se caracteriza por producir, de manera gradual y progresiva, la pérdida y muerte de neuronas, lo que conduce al deterioro de las funciones cognitivas, alterando la capacidad funcional y produciendo una gran discapacidad y dependencia”.
Hasta la fecha no se conocía la causa que provoca que unas personas desarrollen alzhéimer sintomático, mientras que otras no presentan un deterioro cognitivo manifiesto vinculado a la enfermedad. Esta incógnita podría despejarse tras el hallazgo realizado por varios investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos. Según su investigación, centrada en las primeras fases preclínicas de la enfermedad, los astrocitos, encargados de suministrar nutrientes a las células cerebrales, juegan un papel clave en la progresión del alzhéimer.
El estudio analizó la progresión de la enfermedad en más de 1.000personas, con una media de edad de 70años que no padecían ningún deterioro cognitivo. De acuerdo con su investigación, mediante un análisis de sangre se puede determinar si una persona sana, con acumulación de proteína amiloide en el cerebro, desarrollará alzhéimer en el futuro. “Nuestros hallazgos sugieren que la detección de la anomalía del biomarcador de reactividad de los astrocitos es fundamental para predecir si las personas con deterioro cognitivo y proteína amiloide positiva desarrollarán patología tau y, en consecuencia, síntomas clínicos”, afirman los investigadores.
La detección precoz tiene una inmensa importancia, puesto que permite el inicio temprano de terapias orientadas a mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes durante varios años. No obstante, los síntomas del alzhéimer se confunden, en muchas ocasiones, con el deterioro cognitivo normal asociado a la vejez. Por ello, es muy importante erradicar la idea de que los despistes y las pérdidas de memoria son parte del proceso habitual de envejecimiento cerebral. En palabras del doctor Fortea, “el alzhéimer y sus síntomas no forman parte del envejecimiento normal del cerebro. Se tiende a pensar que es normal que una persona, con los años, pierda memoria y capacidades cognitivas. Pero esto es una idea errónea que solo ayuda a que la enfermedad de alzhéimer esté infradiagnosticada”.
El descubrimiento de la Universidad de Pittsburgh podría cambiar las reglas del juego en el tratamiento del alzhéimer. La inclusión de marcadores de reactividad de los astrocitos entre las pruebas diagnósticas facilitará la selección de aquellos pacientes que, por sus características, tienen mayores probabilidades de sufrir alzhéimer en el futuro.
Este estudio, además, abre la puerta al desarrollo de nuevas terapias que, implementadas de manera precoz, permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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