Por Andrea Rivero
1 de diciembre de 2022Las mujeres sufren dos veces más depresión que los hombres. Durante años se han barajado diversos factores que pueden influir en esta diferencia, desde la pubertad, los problemas premenstruales y el embarazo, hasta el posparto y la menopausia. Pero, hasta ahora, los mecanismos moleculares subyacentes eran poco conocidos. Investigadores del Hospital Monte Sinaí de Nueva York han demostrado que una molécula de ARN, a la que han denominado FEDORA, es la causante de originar o empeorar la depresión en las mujeres, pero no en los hombres.
El estudio, publicado en la revista científica Science Advances, muestra que las moléculas de ARN largo no codificantes, encargadas de regular la actividad de algunos genes, manifiestan marcadas diferencias en función del sexo. Concretamente, la molécula RP11-298D21.1 (FEDORA), que se encarga de controlar la actividad de la proteína CDH13, relacionada anteriormente con la depresión, el alcoholismo o el TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad), solo se encuentra en cantidades elevadas en la corteza prefrontal de mujeres con depresión.
Teniendo presente esto, los investigadores analizaron cerebros de ratones vivos y cerebros humanos donados a la ciencia. Examinaron la actividad de FEDORA en la corteza prefrontal de ratones y descubrieron que promovía comportamientos similares a la depresión solo en las hembras. Y en los cerebros humanos confirmaron que FEDORA se encontraba en niveles mucho mayores en mujeres que en hombres.
Por otro lado, los niveles de esta molécula en sangre también tenían implicaciones diagnósticas y estaban asociados a la respuesta clínica a la ketamina, que se utiliza como tratamiento para la depresión. Los investigadores observaron que cuando el tratamiento antidepresivo estaba siendo efectivo, los niveles de FEDORA disminuían.
Estos resultados muestran la importancia de esta molécula en la configuración de la depresión y en las diferencias entre ambos sexos, pero por el momento se necesitan más estudios para confirmarlo y para evaluar si, a través de este descubrimiento, se pueden desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.