Por Juan García
5 de septiembre de 2024En nuestro intestino habitan multitud de bacterias que juegan un papel determinante en la respuesta hormonal del organismo. Estas bacterias conforman la microbiota intestinal, encargada de producir sustancias que desempeñan labores fundamentales del sistema endocrino. Se trata de unos microorganismos que ayudan a producir nutrientes esenciales, como aminoácidos o vitaminas, muy necesarios para la fabricación de hormonas. Estas hormonas, a su vez, modulan diversos mecanismos del organismo, como la regulación del hambre o el uso de la energía o la regulación del equilibrio intestinal, lo cual, tiene un impacto considerable sobre el desarrollo y la evolución de diversas enfermedades.
Los profesores de la Universidad Europea de Madrid, Vicente Javier Clemente y José Francisco Tornero, han participado en una reciente investigación que les ha permitido llegar a nuevas conclusiones en este ámbito. Los expertos apuntan que las estrategias de modificación de la microbiota tienen un gran potencial para encontrar nuevos mecanismos y fórmulas de tratar problemas hormonales.
Así se ha descubierto que la transferencia de bacterias de un intestino saludable puede mejorar la sensibilidad a la insulina en personas con síndrome metabólico, lo que es útil para controlar la diabetes y la obesidad. Además, el impacto de estos microorganismos se extiende más allá del intestino, siendo responsables de la producción de sustancias químicas como serotonina y GABA, que afectan el estado de ánimo y la salud mental, además de ayudar a regular el sistema inmunológico. También tienen un impacto en el hígado, ayudando a descomponer y a eliminar hormonas de manera más eficiente, lo que influye en el metabolismo general del cuerpo.
El estudio también destaca cómo ciertas alteraciones en el microbioma pueden estar vinculadas al cáncer de colon, cáncer de mama y cáncer de próstata. En el caso específico de Fusobacterium nucleatum, esta bacteria ha sido estudiada por su asociación con el cáncer colorrectal. Estos desajustes en las bacterias intestinales, también conocidos como disbiosis, pueden ser causados por varios factores como dieta alta en alimentos procesados y azúcares, el uso excesivo de antibióticos, el estrés crónico o la falta de actividad física.
Cuando las bacterias "buenas" disminuyen y las "malas" aumentan, el equilibrio del intestino se ve alterado, lo que puede llevar a la activación del sistema inmunológico y a la inflamación crónica. Por ello, una alimentación equilibrada y rica en fibras, frutas y verduras es esencial para el crecimiento de las bacterias saludables.
En cuanto a tratamientos, la investigación examina varias estrategias para mejorar la salud hormonal a través de la modificación de la microbiota intestinal. Los prebióticos y probióticos pueden ayudar a regular las bacterias intestinales. Los prebióticos fomentan el crecimiento de bacterias beneficiosas, mientras que los probióticos introducen directamente bacterias saludables.
Otro enfoque prometedor es el trasplante de microbiota fecal, que ha mostrado resultados positivos en el tratamiento de diabetes tipo 1 y obesidad al restaurar un equilibrio bacteriano saludable y mejorar la sensibilidad a la insulina. Este es un tratamiento emergente que ha ganado interés por su potencial para restablecer un equilibrio microbiano saludable en el intestino. Consiste en transferir heces de un donante sano a una persona con disbiosis o desequilibrio intestinal. La idea es reintroducir una comunidad diversa de bacterias saludables que puedan repoblar el intestino y restaurar el equilibrio.