Por Gema Puerto
21 de junio de 2022Cuando llega el verano los casos de gripe y bronquiolitis suelen remitir debido a nuestros hábitos de vida en la época estival: interactuamos más en espacios abiertos. Sin embargo, este año ha ocurrido lo contrario. Como aseguran los especialistas, a pesar de las altísimas temperaturas, el virus de la influenza causante de la gripe, el SARS-CoV-2 y el virus respiratorio sincitial (VRS), propios de los meses más fríos del invierno, han sufrido un repunte y continúan en circulación.
La explicación al aumento de un 20% de la demanda hospitalaria en urgencias por infecciones respiratorias, según la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (Semes), parece estar en la pandemia. El Covid ha dado al traste con todas las previsiones esperables y ha desestabilizado el tablero de juego influyendo en que la circulación de todas estas patologías se haya visto incrementada tal y como recoge el informe del sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda, publicado por el Instituto de Salud Carlos III. Es más, según el mismo informe, ha habido 573 casos de infecciones respiratorias registradas esta semana pasada por cada 100.000 habitantes.
El doctor José Manuel Aranda, experto en gestión sanitaria, asegura que “este ascenso de la gripe en estas fechas es más alto de lo habitual porque la temporada de la gripe y los virus respiratorios se ha retrasado en el tiempo, y su incidencia ha llegado más tarde”. Para el doctor Aranda, aunque no hay estudios científicos que expliquen porque la circulación de todas estas patologías ha aumentado, lo cierto es que “la desaparición de las mascarillas y otras medidas de protección contra la Covid, como ventilar los espacios, ha podido influir en este incremento de estas enfermedades”.
Los pacientes respiratorios crónicos también están peor que
otros años
Vicky Frutos tiene 61 años y desde 2017 padece una enfermedad
respiratoria pulmonar obstructiva crónica que la impide respirar, andar, comer
y hablar. Para poder realizar todas estas actividades necesita estar enchufada
a una máquina concentradora de oxígeno. Si la luz falla, o la máquina no ha
sido cargada previamente, Vicky se ahoga y le falta el aire, y si encima las
temperaturas son más altas de lo normal, tiene que pedir ayuda a su hermana,
médico internista para que la lleve a su casa y la cuide.
La semana pasada hizo mucho calor en Madrid y Vicky lo pasó peor. Tuvo fiebre y se ahogaba al respirar. Como ella, numerosos pacientes con enfermedades respiratorias crónicas y con asma han sufrido un repunte en su diagnóstico.