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La vuelta al polen en cinco meses

Llega la primavera y con ella los estornudos, el picor de ojos y los mocos.

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La vuelta al polen en cinco meses

Por Lucía de Mingo

23 de marzo de 2022

Esta época del año supone el fin de los abrigos, pero el inicio de las alergias. Salimos más a la calle, paseamos por el parque, nos sentamos en las terrazas…

Actualmente, entre el 20 y el 25% de la población española padece alguna enfermedad alérgica, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

Francisco Feo Brito, expresidente del Comité de Aerobiología Clínica de SEAIC, define la alergia primaveral como “la alergia respiratoria, en forma de rinitis o asma, durante los meses de marzo a julio”. El mes con los niveles de alergia más altos es febrero, seguido de mayo y junio, “provocando auténticas ‘epidemias’ de alergia por la alta concentración de pólenes alergénicos”.

Los síntomas asociados a este tipo de alergias primaverales son diversos debido a que pueden afectar a diferentes partes de nuestro cuerpo. Entre ellas ojos, nariz, garganta e incluso pulmones. Sin embargo, el doctor señala como síntomas más comunes el picor de ojos y nariz, el lagrimeo, los estornudos o la mucosidad abundante y transparente. En el caso del asma, los síntomas se manifiestan con tos, ruidos o pitidos en el pecho y dificultad respiratoria.

 

La alergia es una enfermedad hereditaria. De este modo, cuando ambos progenitores son alérgicos, el riesgo de que el hijo también lo sea alcanza el 60%, si solo es uno de ellos desciende al 40% y, en el caso de que ninguno lo sea, se reduce al 20%.

En los últimos años, la época de alergias se ha adelantado por la presencia del cambio climático. Los periodos de floración de algunas plantas se han alterado y, por ello, los niveles de polen empiezan a aumentar ya en invierno. Muchos alérgicos comienzan a tener síntomas desde finales de invierno hasta principios de verano.

Las gramíneas son las plantas que más alergia causan en España y Europa. Le siguen, el olivo, la arizónica, el plátano de sombra, la salsola y la parietaria. Y es que, según el doctor, las gramíneas son los pólenes dominantes de la primavera, época en la que el 60% de las plantas alergénicas polinizan. No obstante, señala que el uso de la mascarilla “ha favorecido a los alérgicos” debido a que el contacto con los pólenes ha sido menor y los síntomas más leves.

Cómo combatir la alergia
Feo apunta que “los tratamientos farmacológicos son ‘parches’ que permiten el control de los síntomas en el momento agudo de la enfermedad”. Para tratar una alergia hay dos tipos de tratamientos, el de mantenimiento y el de rescate. Los primeros “bloquean la principal sustancia que se libera en la reacción alérgica” y los segundos “mejoran la respuesta inflamatoria y suponen una protección frente a los alérgenos”.

Por ello, el doctor apuesta por el tratamiento de las vacunas en el caso de la alergia respiratoria ya que “el paciente alcanza un alto grado de tolerancia frente al alérgeno, no sólo mejorando su evolución estacional, sino también evitando que pueda desarrollar alergia frente a otros alérgenos.” De hecho, en los casos en los que las reacciones alérgicas son graves, como las anafilácticas, la vacuna específica alcanza la curación en más del 90% de los pacientes.

La Organización Mundial de la Salud calcula que dentro de 30 años al menos la mitad de la sociedad sufrirá algún tipo de alergia. Actualmente las enfermedades alérgicas se sitúan entre las seis patologías más frecuentes que afectan a la población en el mundo. Por ello, los expertos estiman que para 2050 más de 500 millones de personas tendrán secuelas como consecuencia de la estación primaveral.

 



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